Capítulo 8

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—¿¡Qué dijiste!?—dije intentando no parecer alterada ante lo que creí escuchar 

—Que me asusta, dije que eso me asusta—dijo calmado

—Ah, creo que escuche mal—dije mientras los latidos del corazón volvían a la  normalidad

—No escuchaste mal, dije que eso me gusta—lo escuche decir 

—¿¡Qué!?— dije pegando un salto mientras el corazón se empezaba a acelerar de nuevo y las manos comenzaban a sudar

—Que escuchaste mal, dije que eso me asusta ¿ qué entendiste tu?

—Lo siento—dije calmandome—creo que de noche no escucho bien—Tendré que revisar los efectos secundarios de la medicina— pense confundida, pero es que ¡parecía tan real!

—No te preocupes, cualquiera se confunde si yo le hablo —dijo mientras tomaba otra rebanada de pizza

—Simplemente escuche mal, eso le pasa a cualquiera —dije justificandome 

—Y...¿Qué escuchaste Tamara?— preguntó mientras esbozaba una pequeña sonrisa 

—Escuche que dijiste "soy un pendejo que no deja descansar a nadie ni siquiera cuando es hora de dormir"—dije imitando su voz— Y deja de comerte la pizza se supone que era mía y ya te has comido cuatro PEDAZOS —volví a hablar 

—La ignoraste—dijo tomando otro pedazo 

—¡No la ignore! tu me distrajiste hablando—dije tomando un pedazo y llevándolo a mi boca

—"ti mi distrijisti hiblindi"—dijo haciendo comillas con sus dedos y muecas 

—Eres un infantil— dije rodando los ojos

—Tamara creo que deberías irte —dijo mirando hacia la calle

—Oh no, primero me levantas a media noche, luego me traes a tu casa sin explicación ¿y luego me echas? —pregunté enojada

—Es a ti que te conviene —dijo de nuevo

—¿Por qué dices eso? —pregunté confundida  

—Porque el carro de tu papá esta llegando ahora —dijo señalando la calle detrás de mi

—Buena esa, pero no caeré otra vez, ¡yo me voy! pero no porque tu lo dices ¡y esto es mío! —dije tomando la caja de pizza a la que solo le quedaban 2 pedazos y poniéndome en marcha

Di la vuelta para irme,diriji mi mirada hacia la calle y entonces pude ver que era verdad, mi papá estaba llegando justo ahora

—Te lo dije —hablo Alejandro mientras yo estaba en shock

—¡Mierda! —dije finalmente— ¡Todo esto es tu culpa! ¡Ayúdame!— dije soltando la caja de pizza y señalando mientras que los nervios se hacían cada vez más presentes  

—¿Qué recibo a cambio?— preguntó

—¡Nada! esto es tu culpa, tú deberías pedirme disculpas— dije mientras me sentía cada vez más desesperada 

—En ese caso me quedaré aquí, buena suerte intentando regresar sola—dijo haciendo énfasis en las últimas palabras 

—¡No puedo perder el tiempo! —pensé mientras me frustraba más— ¿Qué quieres?—le pregunté finalmente 

—Ya nos estamos entendiendo, pues este  domingo  habrá un baile de graduación en la secundaria

—¡Llega al punto!—dije desesperada 

La lista de Tamara WilsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora