La lista de Tamara Wilson

Capítulo 19

Al escuchar los gritos de la señora Smith mamá comenzó a tocar más fuerte  la puerta, mientras yo intentaba no entrar en pánico.

—¡Es mamá! —llevé mis manos a la cabeza.

—¿Le abro? —preguntó Alejandro señalando la puerta.

—¿¡Te mato!?

—Tranquila, ya me voy —alzó sus brazos rindiéndose.

—¡Vete! ¿¡Cómo puedes estar tan tranquilo!?

—¿No puedo solo abrir la puerta y explicar esto?

—¡No!

—¡Tamara, sal de ahí! —tocó más fuerte —iremos con Gloria ¡Tamara!

—¡Vete!— agrande mis ojos en señal de advertencia.

—Iré por la llave —volvió a gritar mamá haciendo que se multiplicaran mis nervios.

—Acompáñame —sonrió.

—¡No estoy para bromas!

—Que aburrida— caminó hasta la ventana, y se acomodó en la escalera dejando medio cuerpo a la vista—¡Oh Juliet...

—¿¡Qué Julieta ni qué ocho cuartos!? —lo interrumpí ante el sonido de las llaves.

—Déjame terminar —rodó los ojos.

—¡Alejandro! —el grito de la señora Smith se volvió a escuchar.

—Tamara —era papá quien gritaba ahora.

La desesperación se apoderaba de mi, mordía las uñas que no tenía y sentía cada segundo como una eternidad.

—Perdón —mi corazón latía fuerte por lo que estaba a punto de hacer.

—¿De que habl...

Nisiquiera le di tiempo a terminar cuando lo arroje de las escaleras escuchando de inmediato su quejido al caer.

Me recoste de nuevo en la cama y me arrope de pies a cabeza rápidamente.

—¡Tamara!¿Estás bien? —papá entró con mamá.

—Hola —fingí un bostezo—¿Qué pasó? —mis labios se movían pero mi cabeza solo pensaba en como estaba Alejandro y miles de escenarios en los que moría.

—Vine a ver como estabas pero no respondías —habló mamá preocupada.

—No te escuché —intenté no parecer nerviosa.

—Acompañamos, algo pasó en la casa de los Smith.

Me puse de pie de prisa, sin entender cómo había sacado tantas energías me dirigí corriendo a la casa de los Smith, Alejandro no estaba por ningún lado y yo temía lo peor.

—¿Qué pasa Gloria? —mamá la abrazo, ella se encontraba desesperada en medio de la calle mientras el Señor Smith se dirigía al auto.

—A-alejandro n-no esta por ningún lado —lloraba cada vez más fuerte.

—¿Revisó toda la casa? —se acercó papá.

—Si, pero no se donde esté— se aferró con más fuerza a mamá —buscará por las calles en el auto.

—Lo acompañó—dicho esto papá corrió hacia el auto del señor Smith.

Miraba al espacio que dividía las dos casas esperando una señal de vida de Alejandro, mis ojos se llenaron de lágrimas tal vez esa no fue mi mejor idea, él pudo haberse lastimado mucho.