Capítulo 5: Día de chicas

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El mundo no me quiere, es más, me odia

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El mundo no me quiere, es más, me odia. Cuando creía que ya no tenía que montar más muebles, ni pintar, ni deshacer cajas, aquí estoy de nuevo terminando al fin la cocina.

-Abby faltan algunos platos.-le dije mientras que ella colocaba la comida.

-Si, es que algunos se han perdido por el camino.

-Eso quiere decir que se te han caído.

-Exacto.-me contestó cerrando el frigorífico con una gran sonrisa.-¡Terminamos con la mudanza!

Nos había costado bastante pero ya teníamos nuestra casa. Con esfuerzo hemos podido acabar la mudanza en una semana.Si chicos, en una semana, creo que es el récord mundial de la mudanza más rápida. Esto se debe gracias a nuestro trabajo cuando las tres estábamos libres sin nada que hacer y no se nos ocurría otra cosa que no fuera terminar la casa. Ahora puedo estar tranquila y empezar mi nueva vida independizada.

-¿Qué tal si para celebrarlo tenemos un día de chicas?-propuso Jade subiendo y bajando sus cejas.

-Me parece una brillante idea.-dije yo acercándome a ellas con una sonrisa.

-¿Pues a qué esperamos?¡Que empiece el día de chicas!

-¡Si!-gritamos Jade y yo igual de animadas que Abby.

Salimos de la casa con unas sonrisas en nuestros rostros y nos montamos en el coche de Abby en el que automáticamente pusimos la radio y empezamos a cantar. A ella le encantaba conducir así que le hacíamos un favor al ir a sitios alejados. Hablando de conducción, yo tendría que apuntarme a clases para mejorar mi conducción, mejor dicho, para aprender a conducir ya que era super mala, podía provocar un accidente nada más acelerar.

Miré por la ventanilla del coche y vi que estábamos por el centro de la ciudad ya que aquí es donde estuve ayer y había muchísimas tiendas. Abby aparcó en frente de un restaurante el cuál parecía que era italiano, a nosotras nos encantaba la comida italiana.

-¿Listas para arrasar con la comida de la carta?-nos preguntó Abby mirándonos por el espejo retrovisor.

-¡Listas!-gritamos Jade y yo al unísono.

Las tres salimos rápidamente del coche y entramos al restaurante en el cual se estaba perfectamente. Es invierno y digamos que esta semana está haciendo bastante frío, espero que no sea así toda la estación.

Nos sentamos en una mesa más del final y rápidamente un chico vino a atendernos, Abby pidió pasta, Jade pizza y yo calzonne.
Empezamos a hablar de cosas tontas hasta que aproveché el silencio que se formó para preguntarles que es lo que tenían con los vecinos.

-Una pregunta chicas,-ellas me miraron atentas.-¿Qué tenéis con los vecinos?

-La verdad que nada.-me respondió Jade encogiéndose de hombros.-Nos hemos dado algunos besos y ya, somos amigos con derecho.

Un Amor ilegalmente Perfecto © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora