Capítulo 7: Apuesta

60 7 0
                                    

POV'S LARA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

POV'S LARA

Miré fijamente a Max para ver algún detalle que me indicara que había mentido y que nada de lo que me había contado en verdad pasó ayer.

-No me mires más, sé que soy guapo pero me incómodas.-dijo él en broma.

Ay dios, ¿cómo se te ocurre hacer eso, Lara?

Yo apoyé mis codos en la barra y tapé mi cara con mis manos.-Ay dios.

-Sabía que te ibas a arrepentir.-escuché que dijo y levanté mi mirada hacia la de él.

Lo primero que se me vino a la cabeza fue disculparme con él pero eso seria tener mi orgullo por los suelos. Dudé unos segundos y al final se lo dije.

-Yo...Lo siento.-le dije avergonzada. Él me miró confundido y yo rodé los ojos.-Ya sabes, por lo de ayer.

-No te preocupes, pero que sepas que me voy a cobrar esas dos palmadas de trasero.-me aseguró él y yo le tiré el trapo a la cabeza.
Ya decía yo que estaba siendo demasiado amable.

Él se levantó del taburete y empezó a ir a la salida.

Antes de que saliera le grite:-¡Idiota!

Y él sin mirarme me contestó.

-¡Fácil!

Y después de eso salió del bar. Yo frustrada guardé el trapo en el cuarto de la limpieza y salí a buscar a Lara. Ya eran las doce, mi trabajo había terminado.

La encontré recogiendo las mesas y las sillas y me acerqué a ella.

Ella me miró y frunció el ceño.-¿Qué haces todavía aquí?

-Estaba terminando de limpiar, ¿necesitas ayuda?-le pregunté con una sonrisa.

-No hace falta, vete a casa, yo ya mismo voy a terminar.-me dijo ella y lo agradecí ya que estaba algo cansada.

Después de despedirme de ella empecé a andar por las calles hasta que llegué a esa zona oscura llena de callejones en la cual había gente que no me transmitía confianza. Avancé con los brazos cruzados sobre mi pecho y mirando desconfiada a todas las personas que me cruzaba, que no eran muchas, y por fin conseguí llegar a la avenida donde se encontraba mi casa.

Ya más tranquila por estar en una zona segura, empecé a pensar en Max mientras iba hacia mi casa. Él no era para nada mi tipo de chico, era uno de esos chicos fríos que se creían los reyes del mundo, sin embargo algo me decía que en verdad no era como yo decía. Algo me decía que Max antes no era así, que él en verdad era un chico dulce que intentaba esconder algo tras esa máscara de frialdad. Pero quitando esa estupidez de mi cabeza, estaba el gran problema de que ese chico me ponía nerviosa cuando invadía mi espacio personal, me intimidaba con esas miradas frías y hacía que mi corazón se acelerase cuando él sonreía, se aceleraba tanto que temía por mi vida. Pero no lo odiaba tanto para que mi cuerpo reaccionara así, solo me caía mal.

Un Amor ilegalmente Perfecto © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora