CAP 18: Sentimientos encontrados

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Después de esa escena ridícula por mi parte, entramos al parque para que Jade dejara de gritar

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Después de esa escena ridícula por mi parte, entramos al parque para que Jade dejara de gritar. Ella era una gran amante de los parques de atracciones y se volvía hiperactiva nada más poner un pie dentro.

Al estar dentro del parque después de esperar la interminable cola de afuera, miré hacia los lados en busca de algo que me gustara, pero no había nada. Las atracciones me daban pánico y las tiendas para conseguir regalos se me daban fatal.

-¡Vamos a las sillas voladoras!-gritó Jade entusiasmada y yo empecé a negar con mi cabeza.

Tenía dos opciones: decir que tenía que ir al baño urgentemente o montarme y hacerme la fuerte.

Creo que la primera era la mejor. Así que avisé a todos de que iba a ir al baño pero cuando empecé a andar, Abby apareció en frente mía y empezó a tirar de mí.

-¡Suéltame!Necesito ir al baño, en serio.-me excusé pero no funcionó.

-Necesitas superar tus miedos.-dijo ella como si fuese toda una filósofa.

Yo ví que estábamos casi a la entrada de la atracción. Abby me llevó hasta la cola para montarnos y ví como los chicos se quedaban en una valla esperándonos.

Delante nuestra había un niño de unos 7 años junto a una mujer que supongo que sería su madre. El niño no dejaba de saltar y en uno de esos saltos pisó a Abby haciendo que esta soltara una maldición.

-¡Ten más cuidado!-exclamó molesta.

En cuanto el niño se río supe que Abby se iba a enfadar MUCHO.

El niño la volvió a pisar y Abby soltó un quejido.

-¡Eres estúpido ¿o que?!-le gritó mi amiga.

-Abby recuerda que es un niño.-intenté relajarla.

-No soy tan niño tabla de planchar.

¡La madre que lo parió! Me ha dicho tabla de planchar un niño de siete años que seguramente solo ha visto el pecho de su madre. Será...

-Abby mátalo.-dije entre dientes.

Abby se iba a tirar hacia el niño pero Jade la agarró antes de que pudiera hacerle algo, así que me tiré yo a por él pero Jade también me agarró.

-Chicas, es un niño, no seáis inmaduras.-nos riñó.

Abby y yo bufamos molestas y le sacamos la lengua como maduras que somos. Pero algo me interrumpió. Nos tocaba montarnos en la atracción.
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Adivinad quién se lo pasó increíblemente bien en las sillas voladoras. Desde luego yo no.

-¡Ha sido fantástico!-exclamó Abby emocionada.

Un Amor ilegalmente Perfecto © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora