Una chica y sus dos amigas se mudan a una ciudad totalmente diferente a la suya. Nuevas experiencias, nuevas amistades y nuevos amores.
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Volví a mirar su rostro golpeado y apreté mis puños sientiendo como la furia...
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POV'SMAX
-¡Max!-gritó Nataly tan fuerte que podría dejar sordo a cualquiera.
Dios esta chica tiene una voz demasiado molesta.
Me levanté de la cama y le tiré su ropa para después coger la mía y dirigirme al baño.
-Ponte la ropa y vete.-le dije cortante para después encerrarme en el baño.
Siempre soy así con las chicas, sexo y ya, después cada uno con nuestra vida. No me juzgueis, no quiero relaciones.
Entré en la ducha relajando mis músculos y solté un suspiro. Mi vida es una mierda.
Desde que tenía quince años empecé a meterme en problemas y un hombre llamado John me dio la opción de ser uno de sus hombres. Con uno de sus hombres me refiero a ser uno más obedeciendo a sus encargos ya sea drogas o matar a alguien. Allí conocí a Ethan y a Nick. Cuando teníamos dieciocho años decidimos dejarlo ya que nos metimos en demasiados problemas y además conocí a una chica que meses después murió asesinada. Empecé a pelear y a hacer carreras ilegales ya que era lo único que me relajaba pero ahora después de cinco años los problemas habían vuelto. Los bandos a los que pertenecían las personas a las que asesiné, que fueron tres, se están vengando, y además John está intentando comunicarse conmigo.
Le pegué un puñetazo a la pared sintiendo rabia y ví como mis nudillos se ponían rojos.
Salí de la ducha poniéndome unos pantalones de chándal y una camiseta y bajé a buscar a Lara.
La encontré dormida en el sofá tranquila, cosa que me pareció increíble, esta chica habla hasta por los codos.
Me acerqué a ella lentamente y la sacudí para que despertara.
-Lara.-le dije pero me ignoró.-Acosadora
Ella abrió poco a poco los ojos y me miró desorientada.
-¿Max?
-Si soy yo, ahora ¿me podrías decir porque no has limpiado?-le pregunté cruzándome de brazos.
-No me siento bien.-me dijo ella haciendo que mi expresión se suavizara.-Creo que tengo fiebre.
Puse mi mano en su frente comprobando si era verdad y abrí los ojos sorprendido pero rápidamente cambié mi expresión. Está ardiendo.
-¿Y qué quieres que yo le haga?
-Solo te estaba dando la razón por la que no he limpiado.-me dijo ella sentándose en el sofá.
-No estás cumpliendo la apuesta.-le dije mirando como ella se levantaba del sofá.
Miré sus largas piernas de arriba a abajo y tuve que hacer un esfuerzo sobre humano para no tirarla al sofá y tirarmela ahí mismo. A ver la chica es pesada pero está buenísima.
