Matias me pidio una cita

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Ha pasado una semana de vacaciones, osea faltan otras dos. Estaba en mi cama acariciando a mi gato— único recuerdo de Alfonso que no me hace llorar – y oyendo a mi banda de chicos de los cuales me he enamorado se que quizá no los conozca jamás pero los amo, ellos curan mi corazón roto. The Beatles, alguna vez mamá me dijo que la canción para momento tristes y que te ayuda a ser feliz de nuevo es Hey Jude y sin duda esa canción me ayudaba.

El tiempo se me hacía eterno. Papá poco a poco dejaba de estar deprimido, aunque evitaba hablar de mamá, pero él me ayudaba a darme esperanzas. Me informo que dentro de un mes me harían algunos estudios para saber si tengo esperanzas de recuperar la movilidad de mis piernas.

Sábado.

Dania me llevo al parque, ella odiaba verme triste por lo que me sacaba de vez en cuando o llevaba comida a mi casa para que papá también sonriera.

—No estoy loca, es que los dos son tan... Guapos...— decía Dania mientras me contaba que le gustaba un chico de tercer semestre y otro de quinto.
—Sabes a mi me gusta el chocolate y no lo ando presumiendo.— reí.
—No querida pero, hay es que Samuel de tercero me gusta por su linda sonrisa y su sencillez. Y Hugo de quinto por su forma de ser y su gusto musical.
—Si Hugo es aficionado a The Beatles juro que yo seré madrina en su boda y...
—Espera, solo me gusta tranquila y creo que... No.
—Entonces dile que no.— reí.
—Dios siempre sacas a esos chicos en las platicas.
—¿Que esperabas? Sabes perfectamente que si yo hubiera nacido en pleno auge de la beatlemania sería la persona más feliz del mundo.
—Lose, por eso te traje algo.
—Hay Dani, no era necesario.
—Es el álbum Let It Be y...
—¡Wow! Otro álbum de ellos, ¡siento que me voy a morir! Te amo chiquilla.
—Sabia que te alocarias.

El álbum estaba en mis manitas, lo toque varias veces. Espero que esto no sea un sueño. Estaba llena de alegría, ya se lo recompensare con algo que ella tanto desea. Pero ahora tenía una gran sonrisa en el rostro que al parecer nadie podía arruinar.
Seguí riendo y festejando mi nueva adquisición pero, por desgracia esa felicidad se arruino.

—Hola chicas— saludo Viviana mientras venía agarrada del brazo de Alfonso.

Baje la mirada mientras trataba guardar la calma.

—Hola perra... Viviana— dijo Dania.
—Eres tan... Estúpida. Pero bueno. Y tú Cinthya ¿No dirás nada? ¿Que se siente tener un carro integrado?
—Eres una odiosa— dije— y sabes es lo maravilloso, no tengo que gastar zapatos o sandalias y dar pena con mis pies— mire los suyos, ya que traía sandalias— Digo tú entiendes perfectamente.

Ella se sonrojo, podía ser muy bonita y todo pero sus pies si que daban pena.

—No seas grosera con mi novia— intervino Alfonso.
—Disculpa pero tu mejor cállate, solo sirves para dar...
—Tranquila Dania. Aquí la única que me cae mal es Cinthya.
—Y aquí a los únicos pendejos que veo son a ustedes.

Se hizo un silencio incómodo.

—Vayanse, solo vinieron a arruinar el día— dije.
—Yo solo quería saludar pero ustedes empezaron— dijo Viviana.
—Si sabes que no eres de mi agrado y haces esas mamadas.
—Bien, vamos mi amor.— Alfonso la miro y asintió. Pero, no sin antes restregar me en la cara como ambos se besaban.
—Adiós estúpidas— dijo Viviana dando por terminado este encuentro terrible.

Se fueron, quería aventarles una piedra, una banca, un árbol o por lo menos a Dania— bueno ella no, ella es buena— pero no pude...

—¿Quieres aventarles una piedra?— pregunto Dania, yo solo reí.
—Algo así estaba pensando.

Después de un rato Dania me llevo a mi casa y ella se fue a la suya.
Prendí la computadora que tenía en mi habitación— si osea casi nunca he usado esto pero ahora lo necesitaba— abrí mi correo, aunque no recibí nada. No tenía nada de interesante así que la apague. Y agarre mi celular— si casi nunca lo uso— pero, ahora todos los días esperaba un mensaje de Alfonso donde se disculpaba pero nunca me llegó. Solo me sorprendió un mensaje de Viviana.

Hola chiquilla, espero entiendas que ya no tienes oportunidad con Alfonso. Él y yo somos novios y nos queremos tanto. Así que él jamás se fijó en ti. Así que no te atrevas a hablarle, espera el ya ni siquiera te habla.

Realmente me molesto su mensaje aunque quería ignorarlo tenía que responderle

Si querida, quizá seas su novia, quizá él me dejó de hablar, quizá ya no signifique nada para el, quizá él jamás se llegue a enamorar de mi pero, al menos pude probar sus besos no solo una ocasión sino tres ocasiones. Y sabes que más él está enamorado de alguien más, y esa personas no eres tú, así que si no tengo oportunidad con él pero, tú tampoco.

Me sentí mucho mejor al contestarle, nose si se enojo o le dió igual pero, ya no me contestó.

Estaba fuera de mi casa— en mi jardín—, era lunes por la mañana. Ya podía hacer cosas sin necesidad de ayuda de los demás. Como pude me coloque en el pasto a un lado de mi estaba mi silla. Miraba el cielo, que tenía algunas nubes. Oí el timbre supongo que papá fue a abrir ya que Florencia salió con Luis. Espero que sea Dania, Matías o... Sebastián.
Papá llegó acompañado de Matías, él me vio y me sonrió.

—Hija aquí tu amigo que te busca— dijo papá.
—Buenos días Cinthya.— dijo Matías un poco asustado por la presencia de mi papá.
—Gracias papá por traerlo hasta aquí y por dejarlo entrar.
—Hice mucho esfuerzo por dejarlo entrar. Y bueno tengo que ir al supermercado para comprar cosas... Para la comida... Y... No tardo.

Reí por la actitud de papá, se que lo hizo para dejarnos solos un momento. Pero no quito la vista de Matías.

—Perdona a mi papá— dije.
—Tranquila, es que eres su hija, él solo te proteje.
—Lose, y bueno que te trae por acá.
—Quería platicar con alguien y me acordé de ti. Contigo se va volando el tiempo.— dijo sentándose a mi lado.
—Me alegra que te hayas acordado de esta chica con carro integrado— reí.

Sinceramente algunos se impresionan por mi actitud, en vez de ponerme triste todo el tiempo por mi condición yo prefiero reírme en ocasiones por mi condición.

—Tontilla, por eso me gusta hablar contigo.

Reí, y el hacia que mis días fueran menos feos.

—Bien que te ha pasado en el tiempo que no te ví.— dijo.
—Bueno... el sábado estábamos felices Dania y yo en el parque todo iba tan bien pero, tenían que aparecer Alfonso con su novia, Viviana. Ella solo apareció para jodernos el día.
—Ella jamás me cayó bien, es más casi todos del salón se sorprendieron al ver que eran amigas.
—Si... Me arrepiento de haberle hablado. Y además en la tarde me mandó un mensaje. Mira— le dije mostrando el mensaje.
—Bueno al menos le diste su merecido. Me gustó tu respuesta aunque me sorprende. Así que él está enamorado de alguien más y no es Viviana. Y tú estás...
—Si... Me enamoré de él. Pero quiero olvidarlo... Y creer que el solo me ve como una amiga...
—Eres una chica bonita y ya sabes lo que yo siento por ti. Que te parece si te invito a salir— dijo y note que se puso rojo.
—Realmente no he olvidado lo que me dijiste, y me encantaría salir contigo, una cita por supuesto.— sonreí.
—Genial, de echo esa era la razón principal por la que vine, te quería invitar a salir.
—Pues lo lograste.
—Lose y eso me alegra, te parece que sea este sábado por la tarde. Será algo sencillo pero muy bonito.
—Tranquilo, si es contigo se que será lindo.
—Me gusta verte feliz, bueno entonces me voy no quiero que llegue tu papi y me vea y se ponga celoso. Nos vemos el sábado, yo paso a traerte.
—Yo aquí yo te esperaré con mucho gusto.
—Bueno...

Se levantó no sin antes darme un beso en la mejilla. Empezo a caminar en dirección a la salida.
No estaría tan mal darme la oportunidad de tener algo con Matías, es una buena persona.

Mi Mejor Amigo (1era Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora