Decisiones

19.4K 766 293
                                    

          

En los siguientes días, ninguna de las dos había tocado el tema de Wells. Lo que sí habían hecho era llenar sus espacios de silencio de una manera similar a lo que pasaba en ese momento.

La rubia sabía que Lexa no deseaba que tuvieran esa conversación, es mas, ni siquiera le gustaba la idea de que se vieran.

¿Celos?

Era comprensible si es que de eso se trataba por el historial que Wells y ella compartían pero al mismo tiempo "ridículo", su alma y cuerpo eran devotas a las necesidades de la teniente.

Se escuchaba el agua caer de la regadera, ambas completamente desnudas.

- Oh dios, Clarke.- susurro Lexa con la respiración acelerada, sus manos estaban sobre los cabellos de la ojiazul y su pelvis no paraba de moverse.- No pares, no pares.

Clarke estaba de rodillas frente a Lexa, la morena sentía las gotas caer sobre su espalda.

El miembro de la ojiverde desaparecía y aparecía por la boca de la doctora.

Las manos de Lexa hicieron presión para que la cabeza de la rubia se quedara quieta y ahora fuera ella la que follara la boca de Clarke.

Adentro, afuera, adentro, afuera, adentro, afuera.

La doctora llevó una se sus manos a las nalgas de la teniente, presiono para que Lexa no pudiera sacar su pene y empujó para sumergirlo en su garganta.

Lexa no pudo alargarlo mas y se corrió en la boca de la ojiazul.

Con mucho cuidado, la doctora se sacó el miembro de su amante. La teniente sentía el contraste entre su piel y lo frío del azulejo que tocaba su espalda recargada en la pared del baño. La doctora la dirigió a un lado mientras veía como su pecho subía y bajaba intentando encontrar un ritmo de respiración normal.

La rubia empezó a enjabonar su cuerpo, ambas tenían que ir a trabajar en un par de horas.

- Buenos días.- dijo Lexa jadeando.

Clarke sonrió y abrió los ojos para poder ver a su prometida.

- Al parecer ya estas de mejor humor.

- Después de lo que acabas de hacerme y lo que estoy viendo.- la miró de arriba abajo.- A cualquiera se le mejora el día.

- Me alegra.- dijo Clarke de una manera muy tierna, volviendo a cerrar los ojos mientras sus manos recorrían su cuerpo.

- Eres hermosa Clarke.- escuchó y sintió los labios de la morena en su frente.

La doctora paso sus brazos detrás del cuello de Lexa para besarla. Las manos de la teniente se depositaron en su cintura.

El beso era suave, el ruido de la regadera y el agua cayendo sobre ellas complementaban el momento que compartían.

Los últimos días habían sido difícil, el estrés, la mudanza, Wells... pero sus momentos a solas, sus momentos de familia junto a Alex, le recordaban que todo valdría la pena.

Para la rubia, el simple hecho de llegar en la noche y compartir la cama junto a Lexa, escuchando la celestial respiración de su hija durmiendo a un lado. Le daban paz y valor a seguir luchando por ellas.

- ¡Mamiiiiiii!.- se escuchó del otro lado de la puerta.- ¡Ya me desperté!

Lexa no detuvo el beso.

- Lexa.- susurro Clarke.- Tu hija ya se despertó.

La ojiverde siguió besándola.

Clarke rió.

Take my body (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora