Take my body (Clexa)

Cajita sorpresa

Quince días habían pasado desde que Lexa y Clarke se habían prometido darse una oportunidad como pareja y de formar una familia junto a Alex.

Lo primero que decidieron hacer fue ir involucrando a la teniente en el día a día de la niña, así que todas las noches de escuela y trabajo, Lexa cenó en la casa de las Griffin. En ocasiones, si la teniente terminaba pronto en la oficina, se apresuraba a llegar al departamento y le ayudaba a Alex con su tarea o simplemente se ponían a jugar.

Después de que el primer día que la morena llegó temprano había dejado quemar la lasaña mientras la rubia bañaba a su hija, Clarke nunca le permitió acercarse a la cocina otra vez. Terminaron pidiendo comida china esa noche, cortesía de Lexa por supuesto.

Era viernes y los planes serían un poco diferentes. Wells había empezado a colocar trabas en cuestión del divorcio, había empezado a exigir tiempo con Alex como parte de la negociación. Clarke había entrado en pánico de sólo imaginarse que eso podría ser posible, no porque no los quisiera nunca juntos, pero nunca de esa manera, exigiéndoselos. Si de por si era difícil explicarle la ausencia de Wells a su hija, el verse cuando él dijera y no cuando ambos quisieran, lo sería más.

- Tranquilízate Clarke.- dijo Nylah que se encontraba sentada del otro lado de la mesa.

- Cuando le diga a Lexa lo que esta demandando Wells...- dijo una rubia preocupada.

- Le dirás lo que yo te estoy diciendo.- la interrumpió la abogada.- Que Wells esta dando "patadas de ahogado", no es posible que lo consiga.- dijo y se quedo pensando antes de añadir.- De hecho me siento ofendida, es como si creyera que soy una novata.

Clarke volteó a verla aún con los ojos llenos de miedo.

- ¿Estas segura?.- preguntó.

- Claro que lo estoy, es simplemente ridículo.- agrego una Nylah sonriente.

- Gracias Nylah.- dijo Clarke con una pequeña sonrisa.

- Lo que sí están consiguiendo es retrasar el proceso por todos los medios posibles y eso no lo podemos controlar, solo apelar y esperar.

- ¿No sería más fácil hacer una reunión y acabar con todo esto?

- Eso sería lo mejor y se los he dicho, pero Wells no quiere verte.- al terminar de decir esto, la abogada pudo ver la tristeza en la ojiazul.- Lo siento Clarke.

- No es tu culpa Nylah.

- Aún así me gustaría darte buenas noticias.

- Pronto lo harás, estoy segura.- finalizo la rubia cambiando su semblante.

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Lexa acababa de salir de la oficina e iba camino a recoger a su hija que había pasado la tarde junto a Raven en el consultorio.

Clarke había tenido que ir "una vez más" a ver a Nylah de urgencia. El pensar en la abogada hizo que presionara un poco más el acelerador.

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Raven miró por la ventana al notar luces entrando al estacionamiento en el lugar de la rubia.

- ¡Alex!.- gritó llamando la atención de la niña que se encontraba coloreando en la alfombra de la sala de espera.- ¡Lexa ya llegó por ti!

- ¿Mamá?.- dijo mirando a la ventana.

- Sí, tú mamá ya llego así que recojamos todas las cosas.- dijo agachándose junto a ella.- Y vámonos de aquí.

- ¡Siiiiiiii vámonos de aquí!.- dijo metiendo crayones a su mochilita.

El timbre sonó en ese momento.