CAP. EXTRA-Regalo ¡Feliz 2018!

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[El capítulo es un momento que nos perdimos por el salto del tiempo que hubo en la historia, antes de la boda. Es el más largo de todos los que he escrito, espero les guste y nos vemos al final 🎈]

Alcanzaba a escuchar murmullos, había gente hablando a lo lejos, quizás si se concentraba lo suficiente podría entender lo que decían... aunque la verdad, en ese preciso momento no le podía importar menos lo que sucedía fuera de ahí.

Cerró los ojos y apretó la mandíbula.

Calor.

Llevo la cabeza hacía atrás hasta tocar la cabecera de su silla.

Calor.

Tenía las manos aferrándose a los descansa brazos, intentaba controlar su respiración y mantenerse quieta.

Calor.

No quería hacer ruido.

Calor.

Las sensaciones la estaban consumiendo.

Calor.

Escuchó un gemido y no pudo resistir mas.

- ¡Maldición! .- exclamo.

En un segundo, las sensaciones disminuyeron de golpe.

Abrió los ojos y encontró el techo de su oficina.

- ¿Deberías invitarme a visitarte más seguido no crees?.- escuchó.

La mano de su prometida ocupó la zona que antes cubría con la boca.

Lexa lamentó el cambio de temperatura.

- Me encanta venir.- continúo la ronca voz.- Tu oficina siempre tiene un efecto en mi.-  susurró mientras su mano subía y bajaba del miembro de la morena.- Es sexy.- finalizó.

Los ojos verdes bajaron para seguir el movimiento de la mano que la masturbaba.

- Eres sexy.

- Tu eres sexy Clarke.- respondió en un susurró.

Las miradas se encontraron.

Clarke sonrió de esa manera tan peculiar provocando que la ojiverde tragara saliva porque sabía lo que la rubia hacía cuando la miraba de esa forma.

De un momento a otro, la punta de su pene tocó el fondo de la garganta de su prometida.

Lexa cerró los ojos y su cabeza regresó a tocar la cabecera de la silla.

- ¿Pusiste seguro?.- preguntó en voz baja.

La rubia no se molesto en intentar contestarle, había decidido prestarle una especial atención a la cabeza de su miembro.

- Clarke...

La doctora regresó a meterse todo a la boca y esta vez aceleró sus movimientos.

Las caderas de Lexa empezaron a revelarse contra su fuerza de voluntad y se impulsaban cada vez que la garganta de su prometida bajaba.

Arriba, abajo, arriba, abajo.

Sus manos buscaron el camino para entrelazarse con los cabellos rubios.

Estaba cerca.

Apretó sus nudillos y se levantó de la silla.

Los ojos azules la miraron expectante.

- No pares.- le ordenó.

Adentro, afuera, adentro, afuera, adentro, afuera.

La velocidad aumentó.

Take my body (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora