Otra vez más sintiéndome como si un camión hubiera pasado por encima de mí. Me fui a casa repitiendo en mi cabeza la imagen de Thiago enfadado y decepcionado por mí y fue entonces cuando llegué a la conclusión de que lo único que merecía era estar sola. Estaba casa cabreada y mucho. Con todo y conmigo misma. Joel no dejaba de llamarme y para solucionarlo estampé el móvil contra una de las paredes de mi habitación. Después de volver a arrepentirme y de ver que mi móvil había muerto, salí al salón donde estaban Dani, Noa, Lorenzo y Eric. Estaban jugando a las cartas.
- No tengo móvil, se me ha roto- Dije enseñándolo para que lo vieran antes de tirarlo dentro del cubo de basura.
- ¿Qué le ha pasado?- Dijo Dani.
- Nada.
- Tengo uno antiguo que pensaba vender por Wallapop ¿Por qué no te lo quedas tú?- Habló Dani de nuevo.
- No. He decidido que voy a vivir sin él.
Todos me miraron extrañados pero entendieron que no tenía ganas de hablar, así que volví a encerrarme en mi habitación después de pasar por el baño. Me pasé toda la tarde en mi habitación leyendo uno de esos libros románticos y bonitos que te hacen ver que tú en la vida vas poder vivir una historia de amor tan bonita y es entonces cuando te caes a un pozo de desesperación y amargura. Cuando estaba en el capítulo donde el chico se declara a la chica en una cena romántica y luego terminan haciendo el amor sensual y lentamente, Eric abrió la puerta.
- Hola ¿Puedo pasar?
- Ya estás dentro ¿no?- Contesté.
- ¿Qué te pasa?
- Nada Eric.
- ¿Nada? Entonces explícame por qué has pasado la tarde aquí encerrada en vez de estar en el salón con nosotros.
- No me encuentro bien.
- Mentira ¿Por qué has roto tu móvil entonces?
- Eric lárgate- Dije girándome en la cama para darle la espalda.
- Creía que podíamos ser amigos y podrías contarme tus cosas.
- ¡No!- Dije levantándome de golpe para ponerme enfrente suya- No sé, ni puedo, ni quiero ser tu amiga ¿Entiendes?
- Pero...
- ¡Ni pero ni nada! ¡QUIERO QUE TE VAYAS Y DESAPAREZCAS DE MI VIDA, TU Y TODOS!
Creo que mis chillidos llegaron a escucharse dos calles más allá de las que yo vivía y la verdad que no recordaba que es lo que le dije a Eric hasta que me lo recordó Noa un poco más tarde. Se me estaba yendo la cabeza y mucho. Me había acostado con Joel, estampado mi móvil contra una pared y chillado a Eric de malas maneras. Estaba tirándome a un pozo que parecía no tener final.
Os juro que después de todo aquello pasé un fin de semana de mierda, asqueada, sin salir de casa y sin moverme de la cama. Dani no apareció por el piso durante esos días y como Noa se cansó de insistir que tenía que salir de mi cama se fue de fiesta con sus amigas de la universidad. No la culpo, está soltera y quiere salir de fiesta para pasárselo bien y ligar y en sus planes no entra aguantar a una amiga cabreada y depresiva que no sabe que no sabe qué hacer con su vida a parte de jodersela.
El lunes por la mañana me sentí sin fuerzas para ir a trabajar y enfrentarme a Thiago pero no tenía más remedio, aquel era un buen trabajo y no podía fastidiarlo de ninguna manera. Al llegar Cristian me saludo y me dijo que tenía mal aspecto y yo le dije que había estado mala el fin de semana, para disimular. Mientras nos servimos cafés entró Thiago que se sirvió uno también.
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Un príncipe para Alexandra
Teen FictionAlexandra es una chica de 21 años, normal, sencilla. Vive con Noa y Dani sus dos mejores amigos en un piso en el centro de la ciudad. Trabaja de cajera en un supermercado y le gusta. Tiene una familia estupenda y se considera un persona feliz. Su ún...