Capítulo 10

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Alexandra calma. Respira. Piensa que Joel está aquí porque viene a recoger a su hermano. Mierda no tiene hermanos... Vale seguro que paseaba por aquí y se acercado para molestar. Seguro que es eso.

- Bueno pues me he apuntado a un curso de inglés que empieza hoy.

MIERDA.

- Ah... que casualidad... yo también-Digo en tono sarcástico.

- ¿No me digas? ¿Enserio?-Dice y casi parecía entusiasmado por la idea.

- Si eso parece.

- ¡Qué bien! Ahora seguro nos pondremos al día.

- Si, seguro.

Cada lunes y jueves a partir de ahora estaba obligada a ver Joel y muy a mi pesar no podía hacer nada al respecto. Joder, cuando parecía que todo me iba de lujo aparece este gilipollas a enturbiarme la vida.

- ¿Y qué te ha dado por aprender ahora inglés?- Me preguntó Joel como si realmente le importara de verdad lo que hago con mi vida.

- Pues en el trabajo me han dicho que es necesario que perfeccione mi inglés y aquí estoy.

- ¿Para trabajar en el super necesitas mejorar el inglés? Vale que está en el centro y entran mucho guiri, pero...

- No, ya no trabajo ahí.

- ¿Ah no?

- No ahora trabajo de secretaria en una empresa, en el departamento de marketing concretamente.

- ¡Ostia! ¡Qué bien!

- Si... -Dije antes de darle la última calada a mi cigarro- ¿Entramos?

- Vamos.

Éramos unos 15 en clase, todos bastante adultos. Joel para incomodarme un poquito más se sentó a mi lado y me dijo que si le importaba si se sentaba a mi lado siempre. Me dijo que a mí se me daban mejor los idiomas desde siempre, mejor que a él y que sentándose a mi lado y con mi ayuda seguro que lo lograría entender todo mejor. Decidí que no era ni el momento ni el lugar de decirle que no me parecía una buena idea así que me calle y simplemente dejé que hiciera lo que quisiera.

La profesora me hizo muchísima gracia. Era una de estas típicas señoras inglesas que toman el té con pastas y esas cosas típicas que hacen los ingleses. Tenía un acento rarísimo, no hablaba del todo bien el español pero se le entendía. Nos explicó un poco lo que aprenderíamos durante el curso que sería básicamente hablarlo bien. Después de un buen rato de charla informativa nos pasó un test para que pudiera saber el nivel medio de la clase. Una vez acabado el test y la nos dejó marcharnos.

Yo salí casi volando para no que Joel no me dijera nada, pero el muy maldito cuando se dio cuenta que me estaba largando me chilló.

- ¡Alex espérame!- Me dijo mientras se acercaba corriendo- ¿Ya te vas?

- Mmm... sí, estoy bastante cansada. Además he quedado con mi novio.

- ¿Novio?- Preguntó sorprendido.

Sí hijo sí. Novio. Con todas sus letras. Alguien que no le importa que la gente lo vea con una gorda como yo. Alguien que me quiere de verdad.

- Si, se llama Eric y no le gusta tener que esperarme así que me voy ya- Dije mientras empezaba a andar dirección al metro- ¡Nos vemos el jueves!

Joel se quedó allí estático mirándome como si acabara de ver un fantasma. Giré la esquina y desaparecí de su campo de visión. ¿Qué pensaba? ¿Qué estaría sola toda la vida? ¿Qué siempre que quisiera estaría dispuesta a caer a sus pies? Pues no. Que le jodan. A las gordas también nos quiern, las gordas también podemos gustar. Volví a casa con un sentimiento de felicidad y orgullo que llenaba todo mi interior.

Un príncipe para AlexandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora