Prólogo

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La mañana era fría y la nieve caía lentamente, casi de forma perezosa cubriendo todo de blanco. El aire frío era casi punzante con su pureza y parecía que ni el sol con seguiría calentar la tierra.

En realidad, Invierno no era mi estación preferida. Aunque tenga la temperatura más alta de una persona normal odiaba el frío, incluso me ponia enfermo como cuando Grey alguna vez consigue meterme algo de hielo en la boca.

Pero tampoco es que iba a enfriarse  y pronto debido a que estaba corriendo. Y aunque estaba a punto de ahogarme de tal carrera que llevaba, algo así como horas para llegar cuanto antes sin coger el dichoso tres, no disminuía mi ritmo. Estaba feliz de volver y no veía el momento para hacer la sorpresa apareciendo medio año antes.

—Natsu primero debemos pasar por casa, Lucy nos matará si llegamos todos sucios.

—¡Claro, Happy!

Sonreí ante el pensamiento. Si, habíamos vuelto antes de lo previsto, solo pasaron seis meses desde que me fui, pero han sido eternos lejos de mi familia. Lejos de Lucy, y el gremio. Incluso extrañaba sus patadas y estaba decidido a acabar de leer su novela.

Primero lo que quise hacer al pisar el suelo de Magnolia fue correr directamente a su piso, pero las palabras de Happy tuvieron sentido (al fin y al cabo la culpa es de la extraña Lucy y sus cosas) y tuvimos que dirigirnos a nuestra pequeña casita en mitad del bosque. Por mi que hubiésemos entrado como siempre por la ventana y diría a los cuatro vientos Yo Luce, He vuelto.

Y ella me hecharía de una patada. Incluso sonreía ante el pensamiento, sería agradable volver a las viejas costumbres.

Toda Magnolia estaba preparándose para las fiestas del año nuevo y ya no veía la hora de correr al gremio y ayudar a poner el árbol y sus adornos. De ir a la cocina y pillar algo disimuladamente... Pero corrimos a casa primero.
El camino estaba lleno de nieve y el pequeño edificio se veía abandonado, pero por eso hemos vuelto.

Irrumpimos en nuestra casa ...

...para parar en seco ante el impecable orden (sin contar el polvo que había encima que me hizo estrnudar).

—¡Cosa de Lucy!—exclamé alegre. !Ella estuvo aquí!

—Solo espero que no esté muy enfadada con nosotros por no llevarla con nosotros—murmuró Happy. Y de nuevo tuvo razón.

Si Lucy llegaba incluso a nuestra casa a limpiar no se esperaba nada bueno.

Dejé caer mi mochila sin cuidado en el sofá y empezé a desvestirme preparándome para un baño bien frío en el río. O puede que bien caliente. Haría unas termas en medio.

—Hey Happy—llamé a mi amigo mientras desabrochaba el cinturón—¿Crees...

—¡Natsu!—gritó de repente al borde de las lágrimas.—¡Tragedia!

Me alarmé al instante ¿acaso Lucy en un ataque salvaje de venganza puso trampas por la casa?
Lentamente me acerqué hasta donde estaba Happy, volando por encima de la hamaca delante de nuestro tablón de recuerdos. Pero había una hoja que no pintaba nada ahí debido a la cuidadosa letra que la llenaba.

No tuve problema alguno para reconocer su letra.

—Oh mira, Lucy nos dejó un mensaje—dije emocionado y agarré la hoja para leer. Pero mi alegría desaparecía con cada palabra.

"te quiero"

Palabras taladraron mi cabeza.

"El gremio ya no existe"

Pero...¿Que?

"NO me busques"

—El gremio, ella...—sollozó Happy y por un segundo pensé en que tendría que abrazarlo, pero no podía moverme siquiera. Volvía a releer la carta una y otra vez sin ser capaz de parar, temiendo que me perdía algunas palabras clave para explicarme.

Porque. No. Lo. Entendía.

No Te Rindas [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora