Estando acostumbrada a despertarme en la oscura cueva, no me sorprendí de ver todo en sombras.
Pero lo que sí me hizo tensarme eran dos cuerpos que estaban a unos metros de mi.
Se me heló la sangre y me senté al instante intentando recordar qué había pasado. Había luchado con los seguidores, los había sacado a la calle y después corrí lejos del pueblo para que no haya heridos. Iba bien en el combate, ellos no tenían oportunidad con el poder del tiempo en mis manos.
Pero entonces todo se volvió negro.
Gemí por culpa del dolor de cabeza y me agarré la frente al instante notando algo pegajoso sobre ésta. Al llegar mis dedos cerca de los ojos pude ver líquido oscuro. Sangre.
Mi sangre.
—Malditos sean—escupí e intenté levantarme. Mal asunto, el mundo al instante me dio un giro por culpa del cual estaba de nuevo en el suelo. Palpé mis muñecas notandolas vacías y sin la pulsera con llaves.— Tremendo.
Estaba herida, desarmada y encima no sabía dónde carajos me encontraba.
Cerré los ojos para concentrarme y buscar la magia de los espíritus. Cuando antes las encuentre, antes saldría de aquí. Controlar el tiempo sin Reloj [espíritu celestial, en mi nove supuestamente ayuda con el control del tiempo e igual es un transporte a través de éste]. era arriezgado. Con el control que tenía yo, y mi suerte, podría viajar o al pasado o al futuro.
—¿Estás bien?
Parecía ser más una pregunta retórica pero de todos modos me moví para encontrar la fuente de la voz. La chica no podría ser mayor que yo. Su pelo estaba sucio, y era difícil adivinar el color. Su piel demasiado pálida, mostraba muchos moratones y ojeras enormes signo obvio de su cansancio. Aunque físicamente se veía bien, tras un chequeo mágico pude ver que sus niveles de maná estaban por los suelos.
Asentí lentamente haciendo una mueca por el mareo—He estado mejor. Soy Lucy.
—Miranda. ¿De verdad que eres maga celestial?
Fruncí el ceño y me arrastré cerca para no esforzarme tanto en hablar. Parecía que tenía un desierto en la garganta.
—¿Cómo lo sabes?
—Facil ¿Por qué crees que estamos aquí?
No sé por qué éste hecho me sorprendió. Había igual número de llaves que estrellas, pero después de lo que había visto, la extinción de la magia celestial, solo había llegado a conocer a magas celestiales: Yukio y Princesa de Fiore.
Igualmente la respuesta de la chica me hizo pensar. ¿Qué idea podía tener yo de lo que querían los seguidores de acnologia? A lo mejor éste oyó algo sobre llave legendaria de Igneel y quiere liquidarme antes de que lo maten a él. O puede que...
—El poder del tiempo—espeté, bromas fuera. Y el débil asentimiento de la chica me lo confirmó—¿Pero cómo es posible? Creía que era conocido solo por...
—¿Guardianes celestiales? Claro que sí—Miranda se sentó al lado mío. Estaba temblando fuertemente y dudaba de que podía sostenerse en la posición mucho tiempo—Pero la cuestión es que los Guardianes Celestiales no solo son aquellos que tienen 12 llaves doradas. Las estrellas son diferentes, los rangos de guardianes igual—un ataque de tos interrumpió su discurso y me mordí la lengua para no apresurarla. Aquella información me era nueva—Evidente el que posee los 12 espíritus del zodiaco está por encima de todos, y por eso su identidad se protege, en ambas direcciones. Los guardianes como yo o como la chica de allí—señaló al cuerpo que creía inerte, pero su pecho se movía ligeramente—solo sabemos de la existencia del Guardián Celestial Dorado, pero quién es o dónde está está fuera de nuestras capacidades. Y quisiera que las costumbres permanezcan, ya se más de lo que necesito de ti.
Parpadeé sorprendida. No llevaba llaves por lo que ella no pudo enterarse quien era yo.
—¿Cómo os enterasteis?—pregunté curiosa.
Miranda simplemente me enseñó su hombro derecho. Entre todos los moratones se podían ver líneas doradas. Pero no llegaba a comprender todo el diseño.
—Me sorprendí cuando lo noté la primera vez, llevaba siendo guardián solo un par de semanas—se alzó de hombros y sonrió ligeramente.—Cada es diferente. No hay dos mismos títulos. El dibujo es supuestamente de la vía Láctea, pero entre todo eso morado se ve algo raro.
Sonreí de lado—No te preocupes, las estrellas se ven y lo otro se puede suponer. Espera, te puedo ayudar—me acerqué a ella con los dedos extendidos hacia su hombro—No te muevas—la advertí y al instante siguiente mis dedos brillaban con luz cegadora. Los moratones desaparecían de la piel uno tras otro mientras la luz recorría todo su cuerpo. Entonces pude ver la apariencia de la chica, tenía pelo rojo cereza y piel morena pareciéndose a una amazona salvaje. Pero lo más sorprendente era su magia, era como ver cielo estrellado, literalmente. O más bien un río de las estrellas. Cuando el círculo se completó ella se veía viva y enérgica, como suponía que era su naturaleza. Ella me devolvía la mirada boquiabierta.
—No puedo recuperar totalmente tus niveles de maná sin dañar los míos. Tenemos que salir de aquí—sonreí maliciosamente—Pero primero, vamos a por nuestras llaves.
***
—Es una malisima idea.
—No entiendes, en nuestra situación es la única salida, Mir.
—Miren, tengo experiencia con planes sin sentido y es que funcionan mejor que cualquier cosa—intervine antes de que las dos empiecen a pelear de nuevo.
Cuando despertamos juntas, Miranda y yo, a la otra chica que resultó ser una joven pálida de pelo verde oscuro. Parecía un duende del bosque por lo debil que parecía. Pero no lo hizo cuando nos mandó lejos de una patada.
Y otra cosa que descubrí es que esas dos se llevaban como Natsu y Grey, por poner el ejemplo. Y cada vez que comenzaban, era como patadas de Deja Vu.
—¿Enserio quieres correr por el lugar y empezar a chillar, para que a propósito nos encuentren?—Isan se cruzó de brazos con ceño fruncido. En resumen era una imagen muy tierna.
—Atrapamos a los guardias y los torturamos por información. Conseguimos las llaves y Señorita Lucy nos saca de aquí—acabó Miranda con aires de suficiencia.
Suspiré, era extraño cuando alguien dependía de ti tanto. Antes siempre lo hacía con mis amigos que me rodeaban, la renta, protección... Y ahora ese rol me tocaba a mí. La sensación era demasiado extraña, pero sorprendentemente agradable.
Ahora era capaz de jugar ese papel.
—Vale, pero antes de gritar vamos a ver si encontramos a algún guardia. Así habrá menos probabilidades de fallos—miré a ambas hasta que ellas asintieron. Por lo menos en respecto a razonamiento pensaban igual. Era un alivio.
Después de discutir un rato en qué dirección ir, caminamos hasta la pared más cercana en la cual Isan sin problemas hizo un agujero para dejarnos pasar a un pasillo. La chica era una sorpresa con piernas. Por algo era Guadiana Asteroide. Chocaba y destruía a todo.
Seguimos en completo silencio, con los sentidos al máximos. Pero el lugar parecía vacío y daba sensación de caminar en círculo de tan parecidos que eran los pasillos.
—Bingo—masculló Miranda, y antes de que consiga ver lo mismo que ella ya teníamos a un guardia de rodillas.—Y ahora, querido—acentuando la última palabra, ella sonrió de forma maliciosa cual demonio de tu pesadilla, en sus manos apareció algo parecido a una cuerda brillante que me recordó a mi látigo estelar. Miranda rodeó el cuello del pobre alma que tuvo mala suerte de cruzarse con nosotras y se puso tras suyo atando los cabos de la cuerda estelar las muñecas cruzadas del guardia. De tal modo si movía sus manos, se ahogaba a su mismo—nos vas a a decir todo lo que queramos.
Como si tuviera otra opción.

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No Te Rindas [2]
Fiksi Penggemar[Segunda parte de: Algún Día...] Tras la marcha de Lucy su vida parece que se limita a tres cosas: -Entrenar -Buscar -Sobrevivir Entrena con su recién recibida llave legendaria -Igneel-, busca tanto a sus ex-compañeros como al diablo con alas en un...