Capítulo 11

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Ésto está dedicado a MariaDragnel , por lo que descubrí es una de mis antiguas lectoras, siguiéndome desde el principio y en realidad es un honor saber de vosotros chicos (hola XD).

Vengo con una sorpresita de tres capítulos (andaba sin internet por lo que toca subirlo de golpe todo).

Chau...

Era bien entrada la noche y la tormenta estaba en pleno apogeo. Gente normal e inteligente estaría en sus casas durmiendo.

Yo no tenía tiempo para dormir. La montaña señalada en el mapa de Lucy ya estaba muy cerca. Y aunque sabía que tenía que llegar allí lo antes posible mis pies se hundían en la nieve y parecía que con cada ráfaga de viento retrocedía el doble de pasos de lo que avanzaba.

Las fuerzas estaban tocando su fondo y ni siquiera pensar en en qué problemas podía estar en aquel momento Lucy no me ayudaba.

Ella podía morir si no se daba prisas.

—Na-tsu—murmuró débilmente Happy desde dentro de su camisa. Ni siquiera el calor corporal de Natsu lo mantenía del todo caliente—Debes descansar ¿Y si Lucy necesitará de tu ayuda?

—No hay tiempo, Happy—repetí, por lo que parecía milésima vez. Y toda la culpa es de la maldita nieve y el frío, jamás me afectaron demasiado como para preocuparme de ello. Nunca sentía los cambios de temperatura, todo para mí era cómodo. Pero dos días aquí, y ya me sentía un humano normal y no un Dragonslayer de fuego.

De repente una fuerza que le era desconocida arrastró a Natsu a un lado, y éste ni siquiera pudo defenderse. Sus sentidos le fallaron al no notar a nadie, y su cuerpo se rendió.

¡Maldita sea!¡Por alguna razón estuvo entrenando seis meses! Cuando todo el infierno acabará de nuevo, pondría a Lucy sobre su hombro e irían a una isla desierta para entrenar juntos. Nada de separarse de nuevo, jamás.

—Hey Natsu, despierta. Lucy te necesita.

¿Cuando he cerrado los ojos? Si estaba siendo arrastrado por alguien en la nieve, pero ahora estaba acostado sobre el duro suelo rocoso en alguna entrada de cueva. Las corrientes del aire le decían que aquella cueva era muy profunda.

Alarmado se puso de pie y lo primero que vió era el fuego. Tan apetitoso y viviente.

—Come lento mientras te explico—de nuevo esa voz. Demasiado conocida.

Observé al hombre, era alto con pelo pelirrojo atado en una cola de caballo baja. Sus ojos albares danzaban con la luz del fuego y cuando hablaba se veían colmillos en su boca.

Lo peor, es que consigui dar con a quién se le parecía, pero lo que veía y recordaba no conectaban. Igneel era dragón, y él humano. El dragón murió y aquel humano se veía muy vivo.

¿O es que yo morí congelado?

—Preguntas después. Come y escucha—obedientemente me acerqué al fuego  y pellizqué un buen trozo de éste para meterme en la boca lo que disminuyó considerablemente la fogata. Pero con un movimiento del hombre de nuevo recuperó su tamaño rápidamente—Ésta es una de las entradas al escondite de Acnologia. El interior se parece a un laberinto pero la mayor sala es donde está esa maldita lagartija. Ahora mismo ahí también está Lucy con otras dos magas celestiales y tengo que encontrarla rápido—alzó la malo enseñándome un buen puñado de llaves que reconocí como las de mi amiga—Sin llaves poco puede.

Comí de nuevo, y el fuego de nuevo se recuperó así que aumenté el ritmo. La pregunta cosquillas en la lengua pero el hambre no me dejaba hablar. Pareció que ni siquiera necesité vocalizar lo porque obtuve mi respuesta de todos modos.

—Si, Natsu. Soy Igneel. Ahora soy espíritu celestial de Lucy, ella te explicará después todo el rollo. Si morí, y gracias a ello ahora estoy vivo ¿Has acabado?

Sorbí el fuego de golpe, haciendo a la cueva oscurecerse pero no necesitaba luz para ver a... ¿HA DICHO IGNEEL?

—¿¡QUÉ RAYOS!?—espeté, haciendo vibrar las paredes.

—¿Qué ha pasado?—Happy, quién había estado acostado en mi mochila se despertó ante mi grito y pareció asustarse ante la oscuridad que se encontró—¿Natsu?

—Estoy aquí—dije rápidamente y miré a Igneel—Vamos.

Al instante ya estábamos corriendo rápidamente por el pasillo rocoso montaña adentro. El fuego prácticamente me tenía casi saltando con cada paso y sentía un poco de felicidad en segundo plano. Porque de todos modos ganaba la preocupación, o puede que odio hacia Acnologia. No tenía tiempo para pensar.

De repente Igneel se paró delante de una pared derrumbada y olisqueó. Yo no necesité hacerlo, conocía perfectamente el aroma de Lucy, y estuve feliz de notar que aquel era bastante fresco.

Derrapando un poco con las botas giré hacia el pasillo paralelo atravesando la pared caída y ahora estaba guiándonos a los tres.

Repentinamente, toda la montaña tembló con un grito desgarrador de Acnologia, poniéndome los pelos de punta, pero no pausé no dude en seguir moviéndome. Si sonaba tan cerca entonces iba bien.

Sin notar cómo pero el suelo desapareció de debajo de mis pies y caí, a veces chocando con paredes inclinadas casi verticales hasta que Happy me atrapó y entonces luz dorada nos cegó.

Tan cálida y tan fuerte-pensé, reconociendo en aquella magia a Lucy ¿Cómo? No tenía ni idea.

La sombra de Igneel me adelantó, sin importarle la luz y pronto oía la voz de Lucy gritando conjuros, mezclada con otras.

La luz dorada desapareció, y el fuego ardió por el perímetro del suelo dando una imagen completa de todo lo que pasaba.

El enorme dragon negro predominaba en la enorme sala.

Tres chicas, de las cuales una era Lucy, con Igneel, luchaban contra él. Por lo menos creía que era Lucy, su pelo antrs largo y cuidado ahora era corto y apuntaba en todos los lados. La ropa que le acabo de abastecer Virgo era demasiado cubierta para sus estándares.

Pero lo más despampanante eran sus ojos. Ante mi estaba una nueva Lucy, guerrera con todas las leyes.

Hablando de la rubia, al hablar con Igneel sus ojos chocolates buscaron algo en la sala mientras su ropa se transformaba  hasta que dió con la figura de Natsu y Happy en el aire, volando hacia el suelo. Sus ojos se abrieron con sorpresa y las cejas volaron hasta desaparecer tras el flequillo.

—¿¡NATSU!?—ella pareció sufrir mayor sorpresa que él al verla, pero se vió distraída ante la gran amenaza del dragón del apocalipsis y de repente, cubriendo a todos ellos surgió un escudo de pura luz con complejos nudos estrellados.

Sabía que Lucy era fuerte pero ¿Cuando aprendió a hacer todo eso?¿No que invocaba espíritus? Hablando sobre éstos, Leo apareció junto a Tauro y comenzaron a luchar, bastante coordinados.

—¿Cuales son nuestros movimientos?—preguntó Happy, volviéndome sobre la tierra de mis ensoñaciones.

Sonreí como no lo hacía en muchas semanas—¡Plan A, Happy!

Incomparable plan A-que solo significaba una cosa.

Ataque.

No Te Rindas [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora