Capitulo 40

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Narra Lali:
Sonreí plenamente feliz ante la imagen que estaba viendo.

-¡Ay! Chicas les queda hermoso.-dije entusiasmada viendo a Cande y a Mery en sus vestidos de damas de honor.

-Gracias.- dijeron las dos al unísono con una sonrisa.

-En lo personal estoy súper emocionada por esto, siempre quise algo así.-dijo Mery.- estoy tan contenta por ustedes, pensar que hace no tanto los conozco y mírenme con el vestido de dama, es un honor para mí lali. Te vas a casar lalita.

Sonreí con lágrimas en los ojos, y cande estaba igual de emocionada que Mery.

-Las amo chicas.- dije abrazándolas.- son personas verdaderamente importantes para mí, son fundamentales, hace no mucho las conozco y las quiero como si fueran mis hermanas. Estoy verdaderamente agradecida de que hayan llegado a mi vida, estoy plenamente feliz de compartir esta gran experiencia con ustedes, espero que pasemos muchos más momentos juntas, aprovechemos esta oportunidad que nos da la vida.

-Bueno, la verdad no tenía planeado en este momento, pero si no digo algo quedo como una perra sin corazón.- dijo cande a lo cual las tres reímos entre lágrimas.- agradezco a ese bendito parque por existir y hacer que nuestra amistad hoy pueda existir, son una de las cosas más lindas que me regalo la vida y estoy verdaderamente agradecida de tenerlas a mi lado, y ahora la pequeña Lali se casa y yo no podría estar más feliz por ella, las amo demasiado, gracias por existir, y mejor me callo antes de arruinar el momento.-

A esto último reímos, no sé que haría si estás chicas no hubiesen llegado a mi vida.

Después de un rato de estar entre vestidos, decidimos ir a tomar un café.

Entramos a una cafetería, y nos sentamos en una mesa que estaba justo al lado de la vidriera.

El camarero que nos tenía que atender tropezó y...

-SE CAYO.- grite mirando al camarero que se encontraba en el suelo, causando que cande riera.

Mery fue a ayudarlo a levantarse, luego volvió a sentarse junto a nosotras.

-Siento que hayan tenido que ver eso.-dijo el camarero sonrojado.

-No hay problema.- dije con una sonrisa.

El me sonrió de vuelta y nos tomó la orden.

Luego de tomar nuestro café y conversar sobre nuestras vidas, decidimos que ya era tarde y nos marchamos cada una a su respectiva casa.

𝘗𝘰𝘳 𝘚𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘗𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘋𝘦 𝘔𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora