Once Upon A Benlos

6. Espejito Espejito

Al despertar todo era diferente, su un tanto húmeda y oscura habitación había desaparecido. Ahora estaba en una mucho más amplia, estaba perfectamente bien amueblada y la luz del sol entraba por las enormes ventanas de cristal.
Evie no pudo evitar pensar que se encontraba dentro de un sueño del que nunca quisiera despertar, todo era maravilloso, era la habitación de sus sueños, un enorme palacio de sueño, su sueño.
El sueño y cansancio parecían no existir, así que se levantó y comenzó dar vueltas por toda la habitación, suaves y delicadas vueltas con las que rodeada de tanto lujo podía sentirse como la princesa que siempre devio ser.

- Esto devio sentir Cenicienta cuando el hada madrina la transformo- pero su sueño se vio interrumpido por un crujido debajo de sus pies, era el sonido de cristal roto. Miro la planta de sus pies y con dolor vio que era el espejo mágico que su madre le había dado.

- ¡O no, mamá va a matarme!- sabía que su madre estaría muy molesta con ella cuando viera el daño causado al pequeño espejo- es todo lo que le queda de cuando era realmente poderosa....y ahora lo he roto por un tonto descuido, seguramente va a castigarme de por vida- el espejo de la reina malvada era mágico y no podría repararse fácilmente, antes de lanzar la maldición oscura Blancanieves había conseguido romper el espejo, dejando a Regina solo con un pequeño fragmento, fragmento que Evie acababa de romper, ahora solo eran astillas de cristal sin nada de magia y nisiquiera la bruja ciega podría ayudarla a repararlo.

Evie comenzaba a soltar una cuántas lágrimas de tristeza y enojo, su instinto infantil la dominó por un momento y lo único que había conseguido era romper uno de los objetos magicos más poderosos.

Sabía que sería inútil pero aún así seguía hablando con su espejo.

- Espejito espejito en la pared, decirme quien es de este reino la más hermosa.

Evie estaba a punto de soltarse a llorar inconsolablente hasta que el enorme espejo del tocador que estaba al lado de la cama comenzó a brillar, de repente todo se cubrió por una niebla azul y en el espejo apareció un rostro completamente blanco y sin facciones, las cuencas vacías, parecía casi una máscara de plástico o cartón.

- La belleza de Blancanieves es singular, pero tú mi rei........espera, tú no eres la reina.

Evie estuvo apunto de gritar pero de inmediato reconoció a la extraña figura en el espejo- Tú eres el esclavo del espejo.

- ¿Y tú quien eres?

- Soy Evie Mills, hija de la Reina Malvada.

- Así que la reina finalmente tuvo una hija, que singular ¿Donde está tu madre?

- Encerrada en la isla de los perdidos.

- ¿La isla de los qué?

- Los perdidos, es un lugar a donde enviaron a todos los "Villanos" después de ser derrotados. Creía que tú sabías todo.

- Durante años he estado atrapado al otro lado de los espejos, pero un día todo se torno oscuro y ahora estoy aquí contigo.

- ¿Atrapado? ¿Fue mi madre la que te encerró en los espejos?

- No exactamente, hace muchos años era uno de los tantos genios de Agrava, hasta que mi lámpara llegó al bosque encantado, donde el rey Leopoldo me encontro y deseo riqueza y fortuna para todo su reino, ese fue su único deseo, los otros dos se los dió a su querida esposa, la reina Regina, tu madre, era una mujer de espléndida belleza y al instante me enamore de ella. Pero la reina solo me utilizo para matar al rey Leopoldo, una vez que el murió la reina me entrego a los guardias y antes de que ellos me atraparan tome mi lámpara y pedí un deseó- el antiguo genio tomo un momento y suspiro melancólico- mi deseo fue el nunca separarme de la reina, poder estar con ella siempre y siempre poder abmirar su belleza. Como ya sabrás la magia siempre viene con un precio y....ese precio fue quedar encerrado detras del espejo favorito de Regina, con el tiempo fui capaz de mirar el mundo exterior atraves de los demás espejos, pero nunca logré escapar. Mi única opción fue servir de nuevo a Regina, hasta que un día Blancanieves y el príncipe David entraron en el castillo y me destruyeron, desde ese entonces estuve perdido, vagando de espejo en espejo sin poder comunicarme. Hasta ahora que tú me as invocado y puedo volver a comunicarme.