—¡Papá, no! —Jack se abrazó a la pierna de Bucky llorando. Eso era lo que Leah desearía poder hacer pero que sería mal visto. Al menos si era su hijo actuando, era aceptable.
—Tengo que irme —Bucky lucho contra Jack, pasándole a Leah el bolso que ella le había dado la semana anterior—. Tienes que ir a casa con tu mamá.
—Pero te quiero a ti —Jack continuo llorando, sus lágrimas mojando los jeans de Bucky. Leah se sentía impotente. Quería cargar y proteger a su hijo, ella había querido hacerlo desde que todo eso había comenzado. No era su culpa, pero él no lo sabía. Todo lo que él sabía era que su papá lo buscaba, pasaban una semana juntos y luego lo dejaba con ella. Esa era una de las cosas más duras. Ella no era capaz de decirle a su hijo por qué su papá no estaba en la casa, por qué se había ido.
—Vamos, bebé. Papá tiene que irse —Leah frunció su ceño, sosteniendo a Avery con un brazo e inclinándose para ayudar a Jack pero él lloro con más fuerza, agarrándose de los pliegues de los jeans de Bucky.
—Nos vemos la semana que viene —Bucky lucio imperturbable por los llantos de Jack.
Leah peleo contra un bufido. —Sí. Nos vemos entonces —ella suspiro, levantando a Jack y llevándolo al auto. Bucky no se quedó más tiempo del necesario. Leah bloqueo la vista de Jack mientras que su padre salía del estacionamiento.
Ambos estaban sentados en silencio mientras los segundos parecían fluir. El timbre sonó y entonces, como si fuera dueña del lugar, Rebecca entro. Leah escucho su cartera golpear el suelo mientras llamaba el nombre de Bucky.
—Hay un auto estacionado en mi lugar... —su mirada aterrizo sobre Leah y ella sacudió su cabeza—. Bucky, ¿qué está haciendo ella aquí? —Rebecca alzo su ceja perfectamente depilada y cruzo sus brazos.
—Estamos cenando —dijo Bucky suavemente mientras se ponía de pie.
—Eso parece —ella bufo y se sentó junto a Leah—. Espero que haya suficiente —la mandíbula de Leah pudo haber caído debido a la audacia que Rebecca tenía.
—No la hay, en realidad —la mano de Bucky se posó sobre el hombro de Leah mientras se movía más cerca de Rebecca—. Tenemos que hablar.
—Entonces habla. Estoy segura de que a tu exesposa no le importara escuchar —Rebecca sonrió. Leah pudo notar que ella estaba siendo impertinente y complicada a propósito. Eso solo puso a Bucky más molesto.
—Puedo ir a la otra habitación... —Leah intento levantarse de su silla pero Bucky sacudió su cabeza.
—No. Tu eres mi invitada —los ojos de Bucky le dispararon una mirada a Rebecca.
Rebecca se levantó, su cara a centímetros de la de Bucky. Era incómodo para Leah estar en medio de eso. Todo en lo que ella podía pensar era en el hecho de que su esposo, exesposo, había estado acostándose con esa mujer durante meses. Estaba disgustada por ambos y por la desfachatez de ella al aparecer en esa casa. —Me dijiste que siempre era bienvenida.
—Debería irme —Leah intento empujar a Bucky pero él se volteó a enfrentarla.
—No te vayas. Por favor.
—Sí, no te vayas —Rebecca la provoco, con su lengua entre sus dientes.
—Rebecca, solo para, ¿sí? —Bucky movió su cuerpo para volver a darle la cara a Rebecca mientras que su mano encontraba la de Leah. Eso llevo a Leah al pasado, su mente ahondando en los recuerdos de ellos dos. Por más fuerte que él fuera, él siempre tomaba su mano cuando necesitaba consuelo o ayuda con algo—. Debí hacer esto hace meses. Esto... esto se acabó.
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Un amor de muerte natural |Bucky Barnes/Steve Rogers
FanfictionDespués de cinco años de matrimonio y dos hijos, Bucky y Leah han decidido que yo no pueden hacer que la relación funcione. Advertencias: ¡lenguaje!, divorcio, angustia, engaños. |Terminada y editada|