Epílogo

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Era el mismo estacionamiento. Y el mismo VUD estacionado en la esquina. Leah suspiro antes de estacionarse. Chequeando por el espejo retrovisor, les dio una rápida mirada a sus hijos. Ambos estaban dormidos. Ella había estado fuera cumpliendo con unos recados la mayoría del día. Un momento de silencio era extrañamente satisfactorio.

Las estaciones habían cambiado, las hojas estaban cayendo de los árboles y el aire era fresco. Jack estaba preparándose para cumplir cinco años y Avery acababa de tener su primer cumpleaños un par de meses antes. Ella era más trabajosa de lo que solía ser pero al menos ahora Leah tenía ayuda.

—Yo puedo hacerlo —la voz vino del asiento del copiloto. Leah miro a Steve. Él no la estaba mirando, sino al VUD, esperando a que Bucky saliera.

—No, está bien —se quitó el cinturón y le dio una pequeña sonrisa—. Relájate, has tenido unos largos días —Steve acababa de regresar de una misión y estaba cuidando de unas cuantas costillas rotas. Él no tenía que cargar con todo eso. Poniendo una mano en la mejilla de Steve, Leah volteo su cara para que se encontrara con la de ella. Le dio un inocente beso suave y otro que no fue tan inocente antes de abrir la puerta para salir.

—Hey, no, regresa —Steve rio, haciendo un puchero.

—Voy a hablarle rápidamente. Entonces buscare a los niños —Steve le asintió antes de que ella cerrara la puerta y alisara su ropa.

Leah podía escuchar sus latidos en sus oídos mientras caminaba al auto de Bucky. Esta era la primera vez que hablaría con él sola, sin Steve, sin su mamá... solo los dos. Y para ser honestos, ella no sabía si estaba lista.

Jugueteo con el nuevo anillo en su dedo mientras caminaba. Se sentía raro tener una pieza de joyería ahí de nuevo. Leah todavía se estaba acostumbrando al sentimiento de tener algo en su dedo todo el tiempo. Pero también, se sentía correcto.

Bucky salió del auto, arreglando su cabello. Él se lo había cortado aún más esta vez. Le hacía lucir mayor. Pero, como antes, había partes de él que nunca cambiaban: sus ojos azules. Aunque ella estaba diferente. Todos esos sentimientos que persistían por él meses después que su matrimonio había acabado se habían ido. Sin embargo, todavía había rastros de ira debido a sus acciones después de que todo había terminado. Pero estaba determinada a ser civil con él.

—Bucky —Leah cruzo sus brazos. Hacia más frío que temprano en la mañana.

—Leah —Bucky le asintió, mirando a Steve en el asiento del copiloto y entonces al anillo de diamantes que ella tenía en su dedo. Él dejo salir un suspiro y puso sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

—¿Estás listo para ellos? —Leah le hizo un gesto al auto y espero una respuesta por parte de él. Él asintió y ella se dio la vuelta, haciendo contacto visual con Steve. Él estaba listo para saltar si ella lo necesitaba. Leah le dio una sonrisa suave, asegurándole que todo estaba bien.

Leah abrió el maletero del auto y juntó los bolsos de los niños, pasándoselos a Bucky. Los bolsos llevaban la ropa de Avery, la ropa de Jack, y todos los juguetes que Jack había demandado llevar. —Eso es todo. Iré a por ellos.

—Yo pondré estos en el auto —Bucky se dio la vuelta, yendo hacia su auto para poner los bolsos en el asiento del copiloto. Estaba solo. Leah se sentía mal de alguna manera. Pero al mismo tiempo, si él esperaba que las cosas duraran con Rebecca, la única persona a la que estaba engañando era a él mismo. Por lo que Bucky le había dicho a Natasha, y que había sido retrasmitido a Steve y Leah, era que habían entrado en una relación exclusiva y entonces ella lo había engañado. De nuevo, Leah se quería sentir mal pero, aquello que haces te acabara siendo devuelto.

Leah abrió la puerta del lado de Jack, tratando de quitarle gentilmente su cinturón de seguridad. Lo ayudo a bajar del auto y sostuvo su mano mientras caminaba al otro lado para sacar a Avery de su asiento, aunque ella aún seguía durmiendo.

Jack continuo sosteniendo la mano de Leah mientras los tres caminaban hacia Bucky. Bucky le sonrió gentilmente a los niños y alzo sus brazos para cargar a Avery.

—Bueno, supongo que te veré el domingo —él hablo con suavidad mientras sostenía a Avery.

Leah le dio un apretón a la mano de Jack antes de agacharse y besar su cabeza. —Se bueno, ¿sí? —Se puso de pie, sus ojos haciendo contacto con los de Bucky—. Sí. Misma hora de siempre —Leah se despidió con la mano una última vez antes de tomar sus llaves de su bolsillo y volver al asiento del conductor de su auto. Observo por un momento como Bucky situaba a los niños y volvía al asiento del conductor, saliendo del estacionamiento.

Leah se volvió hacia Steve y sonrió, Steve tenía su mano en el muslo de ella. El auto estaba silencioso, pero era un silencio cómodo. Leah acuno sus mejillas y le dio un largo beso antes de encender el auto. Una semana sin sus hijos era igual de dolorosa que siempre, pero sabía que no estaría llena de soledad y tristeza. Después de todo, tenía que planear su boda.

Un amor de muerte natural |Bucky Barnes/Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora