Después del último aliento se detiene un corazón

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—Si —Leah asintió con emoción, su mano sosteniendo con fuerza la de Bucky. Su sonrisa era tan grande que casi parecía irreal lo feliz que estaba.

—Eso es... —Steve le dio una pequeña sonrisa y sacudió su cabeza, Leah asumió que había sido porque no podía creerlo—. Ustedes van a ser unos excelentes padres.

—Gracias —Leah sonrió antes de posar un beso en la mejilla de Bucky.

—¿Ya le dijeron a los demás? —Los ojos de Steve siguieron cada movimiento de Leah y después se posaron en su mano sosteniendo la de Bucky.

—Hasta ahora, solo a mi mamá —declaro.

—Y ahora a ti, tío Steve —Bucky sonrió, su mano dejando el agarre de Leah y aterrizando sobre el hombro de Steve. Bucky estaba desbordante de dicha, pero Steve... aunque lucia feliz, Leah podía notar que había algo que persistía dentro de él, algo que no iba a decirle sin importar lo mucho que ella tratara de curiosear para intentar sacárselo de la boca. Así que ella lo dejo ir.


—Creo que hoy más tarde arreglare tu ducha. Esta goteando —Steve dijo casualmente mientras caminaba por las escaleras hacia la cocina. Su cabello aún estaba mojado. Él estaba vestido apropiadamente, esta vez con una linda camisa y unos jeans.

—No tienes que hacer eso —Leah dejo salir una pequeña risa, recostándose de la encimera frente al bote de la basura. Tal vez Steve no notaria que la foto ya no estaba. Tal vez él no recordaría que ella le había dicho que la foto se iría cuando supiera que había acabado con Bucky—. Tal vez me guste que gotee.

—Probablemente eso no sea cierto —Steve rio, yendo al refrigerador a buscar algo de agua. Él se la sirvió y tomo un largo trago.

—Lamento mucho todo lo que paso esta mañana —Leah sacudió su cabeza e hizo un gesto hacia la puerta principal.

—Ya te lo dije, Leah. No necesitas disculparte. Nada de lo que paso fue tu culpa —él camino hacia ella.

—Bueno, un poco —Leah se encogió de hombros y dejo salir un suspiro—. Le di esperanzas y después las destruí —él la miro y la culpa comenzó a construirse dentro de ella cuando la pequeña sonrisa que Steve tenía en su cara desapareció.

—Tu... —él suspiro con pesadez—. ¿Te arrepientes de lo que paso entre nosotros? ¿Lo que ha estado pasando?

—¡No! Steve, no —Leah negó y camino hacia él—. Tú has sido grandioso —Leah limpio una gota de agua que había caído en la cara de Steve debido a su cabello mojado—, supongo que, al contrario de Bucky, yo si tengo una consciencia.

—Y te sientes culpable —Steve aclaro su garganta y espero una respuesta.

—Sí, pero no me arrepiento de nosotros para nada —le reaseguro Leah con un beso pero se apartó rápidamente cuando escucho la puerta principal abriéndose y un par de pequeños pies golpeando el piso.

Jack corrió dentro y Leah pensó que iba hacia ella, pero al último segundo él se lanzó a los brazos de Steve. Eso la hizo sonreír y por alguna razón la puso emocional. Sus ojos se llenaron de lágrimas pero estuvo determinada a no dejarlas ir. Incluso si eran lágrimas de dicha, provocaría muchas preguntas que no estaba lista para responder todavía.

—Hola, mamá —Leah camino hacia su mamá y tomo a Avery de sus brazos, sonriendo mientras lo hacía. Se sentía bien tener a sus hijos de vuelta—. ¿Cómo se portaron? —Pregunto.

—Perfectamente, como siempre lo hacen —la mamá de Leah le dio una pequeña sonrisa antes de que sus ojos viajaran hasta Steve y Jack—. ¿Cuánto tiempo ha estado aquí? —Alzo una ceja y mantuvo su voz baja.

Un amor de muerte natural |Bucky Barnes/Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora