El Italiano

867 48 28
                                    

La bocina del auto sonó, ella sabía quién era pero miró por la ventana para confirmar, él levantó la mano en modo saludo y ella sonrió, de inmediato tomó el blazer negro, su bolso y salió del departamento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La bocina del auto sonó, ella sabía quién era pero miró por la ventana para confirmar, él levantó la mano en modo saludo y ella sonrió, de inmediato tomó el blazer negro, su bolso y salió del departamento.

¡Hermosa como siempre! pensó él, dio un pequeño suspiro pero lo disimuló, ella estaba a pocos metros de él. Salió del auto, lo rodeó y abrió la puerta del copiloto para ella quien vestía una entallada blusa azul sin mangas, una falda negra sobre las rodillas que moldeaba perfectamente sus curvas y sus inseparables tacones negros los cuales la hacían ver estilizada y alta, su maquillaje era sencillo, algo de rímel en las pestañas, sombras que remarcaban los ojos color chocolate, los labios en un tono rojo vino, y su cabello suelto el cual era ligeramente movido por el viento de Burlington.

- Buonasera signorina. (Buenas Tardes Señorita)

- Hola Alex - dijo entrando al auto y colocándose el cinturón de seguridad - ¿Cuánto tiempo estuviste en Italia?- preguntó

- Tres años ¿Por qué? - respondió mientras se sentaba en el asiento del conductor.

- Has interiorizado demasiado el idioma - sonrió de costado y él soltó una carcajada.

- ¡Regina, el italiano es un lenguaje muy romántico, Me encanta hablarlo! No seas aguafiestas.

- Bueno - sonrió - ahora avancemos que ya es tarde.

- ¿Olvidas que soy el jefe?

- No - sonrió - Pero por ello debes dar el ejemplo - acomodó su falda y colocó su bolso sobre sus piernas.

¡Hermosa, Inteligente, Responsable, Puntual, Excelente cocinera! ¿Dónde estuvo metida todo este tiempo esta mujer? - pensó

- ¡Certo, Andiamo presto! (Claro, vayamos rápido) - ella rodó los ojos al escucharlo hablar nuevamente en italiano y él sonrió ante el gesto de la morena.

Habían pasado cuatro meses desde que ella y Azul habían dejado Storybrook, tal como dijo el hada, no pasó nada y nadie vino a buscarla, nadie salió del pueblo... pero aunque quisiera, Regina no estaba tranquila y siempre estaba alerta.

La morena había conseguido trabajo en el mismo estudio contable de Azul. La asistente personal de Alex, estaba con 5 meses de embarazo y su médico le había recomendado que no se exceda en el trabajo, por lo cual su horario se había modificado, trabajaba sólo cuatro horas en el turno de la mañana y Regina la reemplazaba las cuatro horas restantes en el turno de la tarde.

Al principio Alex no quiso contratarla, pero no porque no haya querido, al contrario, consideraba que sabía mucho sobre contabilidad, economía y administración, ella necesitaba un puesto mucho mejor que el de una simple asistente; el problema era que la morena no tenía papeles que demostraran sus conocimientos en estas áreas y por ello accedió a darle el puesto de asistente personal.

Noche de CopasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora