- ¿Todo bien si voy por ti a las 2 para
el almuerzo? – preguntó el rubio con las manos dentro de los bolsillos, mientras la veía colocarse los aretes de argolla.- Sabes que no tienes que hacer eso David, el que esté invadiendo tu casa ya es mucho – respondió mientras revisaba su maquillaje en el espejo de pared – Saldré con las chicas del trabajo, además ¿no se supone que a las 3 tienes tu curso?, si vas por mí no llegarás a tiempo – dijo mientras se ponía la gabardina.
- Regina, pero puedo intentarlo, además estás últimas clases las conozco, las aprendí con la práctica, no necesito de teorías.
- No quiero que dejes tu trabajo y mucho menos tu curso por mí. Te agradezco que te preocupes, pero en serio David, ya estoy bien, no siento ningún malestar producto de la magia ni de nada – dijo la morena fingiendo valentía y fuerza que no poseía en ese momento pero tratando de sonar completamente segura – Tengo que ir a la oficina, ya llevo unos minutos retrasada y sabes que odio eso.
- Por lo menos déjame acompañarte – pidió el rubio tomando deprisa su abrigo, llaves y yendo detrás de la reina cuando la vio casi salir volando del departamento. La morena se detuvo y se giró para verlo de frente, quiso decirle que No al instante, pero esos hermosos ojos azules llenos de preocupación por ella, esas ganas inmensas de querer estar con él aunque fuera sólo como amigo y ese maldito miedo, se lo impidieron, suspiró un poquito y asintió.
Era lunes, dos días después de haber sido atacada por Robin o por quien fuera que haya sido, y como toda una profesional, Regina había dicho y dejado en claro tanto a Azul como a David que no iba a pedir un descanso médico y mucho menos iba a dejar de trabajar para estar encerrada en casa sin hacer nada.
La magia oscura no estaba en casa de David y además necesitaba distraerse en vez de encerrarse en cuatro paredes a pensar en quién podría estar queriendo hacerle daño, eso sumado a que consideraba que estaba dejando ganar a su atacante si se escondía y vivía llena de miedo, fueron las excusas y palabras que utilizó para medio convencer al hada y al rubio; por tal motivo ahora se encontraba rumbo al trabajo, sin ser cuestionada, pero con el ojiazul a su lado.
Decir que ya estaba tranquila y dispuesta a enfrentarse a quien fuera que sea para evitar que le hicieran daño, era una completa mentira, pues el miedo estaba latente causándole estar más atenta y alerta de cualquier movimiento extraño a su alrededor.
- Voy a estar bien – Repitió la morena apretando la mano del príncipe – Pasaré al súper después del trabajo y llevaré algunas cosas para la cena... yo me haré cargo esta noche, ¿ok?
- De ninguna manera! – Dijo el príncipe al instante – No quiero que vayas por ahí sola Regina – le dijo en un tono firme y "mandón", un tono que la reina sabía, el príncipe usaba únicamente cuando estaba en modo sobreprotector – Pasaré por ti para llevarte a casa...
- Ya te dije que no quiero que pierdas el curso por mí, además no puedes prohi...
- Regina por favor... – le susurró, esta vez en un tono más calmado mientras se frotaba el mentón e intentaba contenerse – No quiero que te expongas a que ocurra algo del cual nos arrepintamos después y no quiero obligarte, ni prohibirte ir a lugares... - tomó sus manos - Por favor entiéndeme y hazme caso... No vayas al centro comercial ni a ningún otro lugar sola, ven directo al departamento por favor, yo haré las compras ¿Sí? – le acarició la mejilla con el pulgar – Hermosa, estoy intentando protegerte porque me importas y lo sabes, pon de tu parte también... - le dijo casi en una súplica. La morena respiró profundamente, se acomodó el bolso en el hombro y asintió; y así, sin decir una palabra, se alejó e ingresó a su centro de labores, dejando al príncipe inquieto, pero esperando con todo su corazón que Regina fuera prudente y cuidadosa.
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Noche de Copas
FanficLuego del regreso del inframundo, el pueblo recibe a Hook con una fiesta en la Abuelita, pero unas copas de más llevan a Regina y a David a dormir juntos, ambos se encuentran en una situación que nunca debió ocurrir. El sentimiento de culpa no deja...