El Espejo

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Azul se sacó los lentes y recostó su cabeza en el espaldar del sofá, quería concentrarse en lo que leía, EN SERIO QUERÍA, pero no podía, ¡no

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Azul se sacó los lentes y recostó su cabeza en el espaldar del sofá, quería concentrarse en lo que leía, EN SERIO QUERÍA, pero no podía, ¡no... podía!

¿Cómo hacerlo, cuando en su mente sólo solo estaba él y su sonrisa?

¡Por todas las hadas del Bosque Encantado! ¿Qué le estaba pasando?

Lo había visto de nuevo, Sí, al Señor Patán de sonrisa coqueta, en el supermercado al regreso del trabajo... Se había burlado de ella pero... ¡Ay Dios! – Azul se cubrió el rostro con el libro de magia que leía y amortiguó un gritito con el mismo.

La Ex Madre Superiora había ido al Supermercado por unas cuantas cosas que ella había notado ya estaban faltando en casa, fue en el momento en que se encontraba formando fila para cancelar lo que llevaba que lo vio, estaba a dos personas tras ella leyendo la etiqueta de una botella de vino.

Así que hizo lo primero que se le ocurrió, se soltó el cabello que lo tenía en un moño y lo jaló hacia adelante para que le cubriera el rostro, resopló y pidió a los dioses de este mundo para que el individuo ese no la viera, porque después de lo que le dijo e hizo en el pub, no quería volver a verlo por la vergüenza que sentía, pero su mala suerte quiso que las dos personas que se encontraban tras ella, se retiraran y se fueran a otra fila que al parecer era más corta y en ese instante lo escuchó.

-Hey!

Azul ni siquiera volteó a mirarlo, se hizo la desentendida mientras encontraba interesantes los números de su tarjeta de crédito.

- Es Usted la hadita del Pub, ¿no es cierto? – le preguntó y Azul se giró a tomar unas cuantas chucherías del estante que yacía a su costado.

- Ay Hadita Ebria, y luego es usted quien me llama maleducado... que falta de respeto! – algunos curiosos e incluido el cajero se giraron para ver a quien llamaban de "hadita ebria" y murmurar.

- Ya Cállese... – le dijo entre dientes mientras lo miraba furiosísima y con el rostro y cuello completamente rojo por la vergüenza.

Lo avergonzada que estaba era muy notorio y el patán se aprovechó de ello para burlarse mucho más.

- ¡Uyuyuy cuanta seriedad! – Continuó picando - Aquel día no se le veía tan seria así eh?– dijo mientras tomaba chucherías para mirarlas, las mismas que había tomado el hada. Azul se giró a dejar sus cosas para que las embolsaran y entregó su tarjeta de crédito.

Él la observó y aguantó la carcajada, ella era la típica mujer adulta y nerd a punto de pasársele el tren, muy seriecita a simple vista, pero que se deschavaba y se volvía atrevida cuando tenía algunas copas encima, tal y como se puso aquel día en el pub. Estaba usando una falda beige larga y suelta hasta la pantorrilla, blusa blanca de botones y cuello cerrado y saco de manga larga del mismo color de la falda; sus zapatos eran negros y de taco cuadrado, llevaba su cabello castaño en ondas y hasta los hombros, además de lentes, unos grandes lentes de montura gruesa. Era una caricatura de mujer.

Noche de CopasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora