Entregados (EAM3)

7

Lucia

El hecho de que Fernando me prometiera una "cita real" no hacía más que agigantar los pensamientos incoherentes que rodaban en mi cabeza.

Y era un montón de pensamientos sin sentido.

No entendía muy bien el cómo y por qué de nuestra unión y compromiso, sí más bien parece una historia sin pies o cabezas, sobre todo cuando las explicaciones vienen de él. 

Siempre me había considerado una persona un poco cuadrada y objetiva, a pesar de que me gustara el arte y que al parecer hice un buen trabajo siguiendo mis sueños, se supone que los artistas tienen menos muros o una mentalidad más allá de lo racional, llegando a ser incomprendidos y aquí estaba yo, no era lo que se dice el ser más "abierto" que habitaba la tierra y ciertamente admito estar llena de prejuicios.

Necesitaba una especie de libro o película  que me explicara en detalle la unión más extraña que se formó con Fernando, sinceramente preguntarle a él sobre nosotros me desmotiva más de lo que debería pues ni el mismo parece comprende de qué han ido las cosas entre nosotros. Eso es demasiado decir de una persona que supuestamente te ama.

¿Nos dejamos?

¿Nos encontramos?

¿Yo lo busqué?

¿Él me buscó?

¿Por qué habría de dejar un hombre como él en todo caso? Es de revista, literalmente esta para chuparse los dedos.

Debería de preguntarle a otra persona sobre esto antes de que decida irme de su vida. Creo.

Necesito una segunda opinión de esas que resultan ser aclaratorias, pero quién de todos esos conocidos que son "mis amigos" podría decirme algo al respecto. ¿Confiaba lo suficiente en ellos para decirles cómo iba mi relación con Fernando? Además no es un tema fácil de abordar, preguntar por la relación que tenía tu pareja, que era yo, pero no me recuerdo de ese tiempo y...

Ya estoy confundida de nuevo.

-¿Lucia?- Miro sus ojos saliendo de la bruma de pensamientos locos.

-Si.

-¿Sí qué?- Fernando suelta una risa.-Debo irme, al parece Daniela también debe estar en West High.- Daniela. La ex.

-Entonces debe ser algo serio. Ve.- Fernando se gira  y sigo su mirada solo para notar una camioneta negra con el chófer que siempre nos lleva al medico. -¿En qué momento llegó el ahí?- Lo señalé.

-En realidad nunca se va...-Yo alzo las cejas y Fernando se encoje de hombros.-Te veo en un rato.- Yo solo asiento sin poder despegar mi mirada de sus ojos oscuros. Sube mi mano, que no había notado estaban unidas, y la besa con lentitud antes de dejarla ir.

Mierda.

-Tengo una deuda contigo.- Susurra de manera ronca. Mi voz se perdió en algún lugar y parece que no la puedo encontrar porque me quedo como una idiota con la boca abierta mientras Fernando sube en el auto y se va.

Ni si quiera estoy segura del por qué me pone de esta manera. Malditos hombres sensuales y cantantes.

Necesito investigar rápido.

Subo en el elevador en una especie de nebulosa extraña hasta que las tripas me suenan sacándome de mis pensamientos Fernandisticos.

Un poco de comida no caería mal. De hecho Gabriela estaba en casa, sería buena idea su compañía mientras nos preparo algo. Serviría también para tratar de indagar sobre Fernando y yo y también es buena compañía.