Entregados (EAM3)

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Fernando

-Esta vez no cociné yo...lo he comprado todo.- Le sonrío a Lucia y sus mejillas se llenan de rosa. No puedo evitar enfocar mi vista en sus labios pero es inevitable, después de ese beso solo he podido desearla aún más, retener mis manos quietas es todo un reto y no quiero que después de avanzar tanto demos pasos hacía atrás. Quiero que todo marche al ritmo que ella imponga, por el cual se pueda sentir cómoda. Una marcha sin presiones...si no contamos la presión de mi pantalón.

-No cocinas tan mal... pero es una buena idea.- Lucia asiente y me saca de mis pensamientos tomando algunos platos y saliendo con ellos al comedor.

Ella y yo somos todo miradas, como niños pequeños. Tu me miras, yo te miro y al mirarnos es como si algo dejara de funcionar y todo se parara. Me siento como un adolescente descubriendo lo que es sentir y desear a alguien más.

-Me gustaría decir que puedo notar tu barriga pero la verdad es que no se nota. Se ve algo así como un pequeño bulto.- Valeria acaricia el abdomen casi plano de Lucia. No puedo hacer más que apreciar estos momentos con ellos y agradecerle a la vida de que Lucia este aquí, de pie y completa, sin sus recuerdos pero completa; no le falta nada y está rodeada de personas que la quieren y velan por su estado. Prefiero esto con sus pequeños defectos a tenerla en una cama inconsciente o peor...no tenerla.

Un escalofrió me recorre solo de pensarlo.

-¿Es malo eso?- Ella me mira con ojos preocupados.

-Creo que no...- Me enojo de hombros.- Recuerda que cada cuerpo es diferente.- Lucia es una mujer temerosa en este momento por su estado, no tiene nada que ver con no tener memoria sobre algunas cosas, ella es una mamá primeriza, está asustada. Yo no tengo miedo no solo porque ya tengo a tres retoños, sino por el hecho de ser diferente para ella, los tiene en su cuerpo, lo hará salir, los alimentará de su cuerpo. Es un trabajo arduo.

-Pronto te va a explotar la barriga.- Gabriela le sonríe con calma y ordena los cubiertos en la mesa.

-¿A qué hora llega mamá?- Junior toma una foto y luego se cuelga la cámara en el hombro. Ha estado muy activo con este programa escolar, parece disfrutarlo y tomarlo en serio.

-En cualquier momento.- Respondo. Miro el reloj de mi muñeca para comprobar la hora, todo marcha bien, nada se ha quemado, ningún plato se ha roto, nadie se ha desmallado...

Hoy tendríamos una cena familiar o algo así. 

Quería empezar una tradición, no quería que el estar todos en una misma sala resultara extraño o incomodo después de todo Daniela formará parte de esta familia siempre, así como lo hará Lucia. Para mi es importante que todo marche en orden con este combo en camino, quiero una gran familia a su alrededor, no será perfecta pero estará llena de amor. No solo para los bebés sino para Lucia.

-Eso huele muy bien.- Lucia ordena las copas y me guiña un ojo mientras sus mejillas se vuelven rojas. Es interesante ver el cambio en ella, ahora parece un poco más abierta a estar en contacto conmigo y no me refiero al sexo porque no ha ocurrido ni ocurrirá de momento, aunque muero de ganas de hacerle el amor, simplemente ella permite ciertos toques; un roce de manos, un beso de mejillas, un pequeño y corto beso de labios, abrazos al despertar y uno de en la noche al dormir, contactos que han marcado la diferencia.

Eso ha logrado que llevemos las cosas de mejor manera, la tensión sigue pero es esta tensión que había al comienzo, al conocernos. Cuando me atreví a darle un papel con mi número a su amiga a pesar de no saber del todo las consecuencias...es la misma electricidad y tensión que recorre el lugar.

Mis esperanzas con ella crecen cada día más y así ella no logre recordarme de nada está creando una nueva historia conmigo. Estamos creando una nueva historia, nuevos recuerdos, vivencias y experiencias. No es la antigua Lucia pero esta me gusta tanto como la anterior. En algún punto será esa Lucia que quedó al cruzar la calle y volverá a avanzar, de alguna manera puedo ver patrones que se han repetido y eso me da la calma que necesito, siempre será mi Lucia.