Entregados (EAM3)

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Fernando

Mantengo toda la dignidad que un padre puede tener cuando llaman a los representantes legales de la criatura que tienes estudiando para hacer algo productivo. No me gusta ni me han gustado esta clase de llamados, una cosa nunca tiene que ver con la otra y muchas veces los profesores eligen los lados equivocados. Sé que mis hijos no son santos pero también sé que son las almas más bondadosas que pueden estudiar en este lugar.

Escuela de ricos.

-Fernando.-Guillermo aprieta mi mano, hombre fuerte. Perfecto para Daniela...hablando del diablo.

-Fer.-Besa mi mejilla con suavidad en forma de saludo. En definitiva Daniela se ha quitado capas de piel y parece una nueva y extraña persona. Lo cual es bueno porque quiere decir que ha trabajado en ser la mejor versión de sí misma que puede llegar a ser, esa versión que se perdió al momento de casarse conmigo y empezar una vida que no la llenó pero que al menos resultó ser el escape de su cárcel personal. Sin duda alguna Daniela ha pasado por tantas cosas, muchas de las cuales aún no sé, que estoy seguro ha sumado más vidas que un gato o más historias que una novela mexicana. -Junior...- Asiento enfocándome en el ahora. Espero que no sea una de esas idiotas reuniones sin sentido pero debo decir que Junior siempre se mete en algún problema, siempre por estar involucrado en un pelea.

-Si.-Suelto un suspiro.-Vamos.- Entramos con paso apresurado por la instalación, debo decir que en mis tiempos me hubiera gustado estudiar en un lugar como este. Tiene clase, es ordenado, la educación es buena, eso quiere decir que no hay profesores mediocres, y las actividades extras y deportivas son de lo más entretenidas. Mis hijos siempre parecen tener algo que hacer y el tiempo no les alcanza para todas las actividades que suman. Si tuviera la edad de Junior no saldría de aquí. West High es un pequeño mundo y paraíso adolescente.

-Señores Flores...-Estirada, encopetada, labial rojo, gafas, mirada afilada, hombros tensos, tacones en punta y falda tipo tubo. No hay una mejor definición de directora en otro lugar del mundo.

-Yo Flores.-Corrijo. Divorciado y felizmente comprometido, aunque ella no me recuerde sigue estando comprometida hasta que se demuestre lo contrario.

Yo García.-Daniela alza la mano. Le regalo una sonrisa a la directora que parece tensa. Nuestro pequeño chiste no pareció alegrarle la vida marchita que parece vivir.

-Pasen.-Dice sin más. Alguien tiene humor de perros por aquí. La oficina era amplia, como no, mucha madera alrededor. La decoración no me parecía acogedora aunque estoy segura que en algún momento esa era la intención. Pero viendo a la directora tan chapada a la antigua, estoy seguro que ella solita decoró el lugar. Casi estoy esperando el olor a rancio y dulzón que parecen usar las personas así.

-¡Junior!-Exclama Daniela acercándose a él, se encuentra sentado frente al escritorio de caoba y por su postura sé que está incomodo, mientras revisa su labio que parece sangrar un poco. Lo miro sin decir nada, escucho la puerta ser cerrada.

Que empiece el show.

-Es obvio el motivo de esta reunión...-La directora toma asiento tras su escritorio y nosotros del otro lado en compañía de un Junior que parece lleno de ira. Aprieta las manos tan fuerte que puedo ver sus nudillos blancos. Tomo una inspiración honda, por el historial de Junior esta clase de llamados son más comunes de lo que me gustaría decir y no quiero afirmar que Junior resulta ser un chico con problemas de agresividad, simplemente se deja llevar un poco por la provocación cuando lo tientan. Así que es más propenso a devolver el golpe que simplemente recibirlo y quedarse así.

-Si al menos se dedicara a escuchar los motivos estoy segura que serían otros los que estarían aquí sentados.-Responde mi hijo. Mierda, ese carácter no es por mi. Creo.