La tarde es nuestra.

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La última clase del día y Emily lo único que quería es que acabara luego, ya que, saliendo de ésta iría junto a Hanna por un helado o al cine, o quizás las dos cosas, todavía no lo decidían, quedaron de hacerlo en el camino. Es Martes, por lo que no tiene natación y puede pasar la tarde con su amiga.

— ¿Te encuentras bien? — Le pregunto una compañera que estaba a su lado derecho, la morena solo la miro extrañada — Llevas comiéndote las uñas desde que la clase comenzó — explicó la joven.

Emily miro su dedo índice que se encontraba dentro de su boca y rápidamente lo saco. — Eh sí. Es solo que quiero que esto termine pronto. — Le respondió con una mueca.

— Oh créeme que te entiendo. Yo estoy segura que el 99% de la clase quiere lo mismo. — Sonrió amablemente y se giro para escuchar lo que el profesor decía.

La morena le correspondió la sonrisa pero ya era tarde puesto que la joven no le estaba poniendo atención.

Miro su celular, las 14:50, tan solo quedaban 10 minutos más, 10 minutos más para acabar con la agonía. Decidió que era mejor poner atención a lo que el profesor estaba hablando, quizás así pasaba todo más rápido, quizás sería más efectivo que estar mirando su celular a cada rato mientras se masticaba sus uñas.

— Al fin — Hablo nuevamente su compañera. — Ahora puedes dejar tu estomago libre de residuos de uñas masticadas y disfrutar de la libertad. Que tengas buena tarde, Emily. — Le volvió a sonreír y se fue.

Era primera vez que la morena hablaba con ella, no recordaba ni su nombre pero había sido amable y eso le gustó. Quien sabe y comienza a hablar con ella más seguido y pueden hacerse amigas ¿no?.

Tomó su mochila y se paró, no tenía nada que guardar, puesto que no había sacada nada durante la clase, no se dio la molestia de apuntar. Realmente tendría que volver a hablar con la joven para poder ponerse al día, ya no tenía alternativa.

Hizo camino al casillero de Hanna para ver si ésta estaba ahí antes de llamarla o mandarle un mensaje.

— ¡Hey, Hann! — La llamo antes de llegar al lado de la rubia para que se diera vuelta.

— Em, Hola. — Le sonrió y cuando estaban lo suficientemente cerca, la abrazó. — ¿Lista para una tarde junto a tu única rubia?.

La morena soltó una pequeña risa. — Tan posesiva que saliste. — Movió su cabeza en forma de negación mientras sonreía. — Y sí, estoy lista y dispuesta para una tarde contigo.

— Excelente, déjame cerrar el casillero y vamos.

Y así fue, Hanna cerro su casillero y se dispusieron a salir del establecimiento.

— ¿Ya pensaste que haremos? — Pregunto la de piel más oscura.

— Sí. — Dijo segura la rubia. — Haremos las dos cosas, la tarde es nuestra y es bastante larga, así que ¿por qué no hacer ambas cosas?.

Emily iba a responder pero no pudo, ya que alguien gritó el nombre de su amiga, ambas miraron en la dirección proveniente de la voz. Caleb.

El chico venía acercándose muy velozmente. — Ho-la. — Saludo agitadamente y se tomo unos segundos para componerse y prosiguió. — Menos mal y te alcancé, bebe. — Dijo el chico dándole un rápido abrazo a la rubia. — Tengo una sorpresa para ti, así que...— Se giró posando ahora la vista en la más alta — Em, lo siento pero — Sí, ahora le decía Em, se conocían mejor y el chico ya le puso un apodo. — tendré que robártela, espero no te moleste.

La normalidad de EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora