Hablar pero no hablar.

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 ̶ Veo que no tienes muchas ganas de hablar, Em  ̶ La rubia dice, luego de estar sentadas 5 minutos sin siquiera mirarse a las caras. - Si no me quieres contar está bien, puedo estar así todo lo que resta de día si eso te hace sentir mejor. Solo quiero ayudarte.

Emily la mira a los ojos por primera vez durante los últimos 10 minutos, en su mirada se denota el amor y el agradecimiento.

 ̶ Lo digo enserio. No necesito nada más, siempre y cuando tú te sientas a gusto.

 ̶ Muchas gracias Alison. La verdad solo quiero olvidar lo que ha pasado, aunque sea por un día. Me agradaría mucho quedarnos así, compartiendo simplemente la presencia de cada una con la otra.

 ̶ Está bien, pero no. No nos quedaremos así; haciendo nada. Ven  ̶ La rubia extendió su mano en dirección a la morena, para que esta última se parara y la siguiera.

Emily la miro por unos segundos antes de darle la mano. Y cuando ya estaba de pie, y Alison había dado un paso, la morena frena, girando a la rubia, dejándolas a centímetros de distancia. ̶ Antes de que me lleves a no sé dónde, quiero aclarar que no tengo ganas de hablar no por qué no confíe en ti, sino que de verdad me hace sentir mal. Y tu compañía me ayuda bastante a olvidar lo sucedido, lo comprobé al instante después que me chocarás. Sí, porque tú me chocaste. ̶ La morena le sonrío, mientras que Alison le dio un codazo en el brazo. ̶ Y bueno, quiero aprovechar la oportunidad de amnesia que tu presencia me da.

Y con eso Alison la guio hasta unos columpios que se encontraban un poco más allá. La chica pensó que sería mas relajado estar ahí, imagino que el viento al columpiarse y la tranquilidad del parque ayudarían a la morena a serenarse y quitar esa tristeza que muestran sus ojos. Pensó que sería buena idea estar allí, ya que cuando ella era pequeña, siempre pasaba momentos agradables en aquellos juegos. Sentir que casi tocas el cielo, el sol o la luna y las estrellas, dependiendo de la hora del día, te hace experimentar una felicidad, grandeza y poder que logran hacer obviar la tristeza, creyendo que puedes acabar con ella en un dos por tres, ya que nada puede dañarte gracias a la majestuosa sensación de superioridad que te da columpiarte. Y eso es justamente lo que Emily necesita, sentir que es más grande que el problema que tiene. Que cualquier cosa por la que esté pasando la superará, porque es la persona más magnífica en el mundo. Al menos eso piensa Alison.

 ̶ Podemos hablar de otras cosas si quieres, Ali. Cuando dije que me quería quedar así, me refería a no hablar de lo que. . .bueno, eso. Pero si quieres conversar, de algún otro tema, por mi bien. De hecho si quiero hablar, o sea, ya estoy hablando pero . . .

 ̶ Te entendí, Em. No tienes por qué ponerte nerviosa y divagar. ̶ La rubia sonrío con picardía hacia la morena. ̶ Aunque pensándolo bien, si puedes hacerlo. Te vez muy tierna cuando te pones nerviosa.

Y ante esas palabras, las mejillas de Emily cambiaron de un tono rosa a un rojo cada vez más fuerte. La morena no supo que decir, y a Alison no le molesto para nada el silencio de ésta, al contrario, las no palabras de la morena solo le confirmaron que había cumplido su objetivo; cohibirla.

 ̶ Y bien señorita divagación, ¿De qué se le ocurre hablar?

Emily la miro y le dio un pequeño empujón al cuerpo delicado de ésta.

 ̶ ¡Hey! Sin agresiones, que mi cuerpo se estropea.

Ante esto las dos chicas rieron. Alison estaba intentando alivianar el ambiente y hacer olvidar el mal rato que la morena había vivido o que ha estado viviendo este último tiempo, y se podría decir que le estaba funcionado muy bien.

La normalidad de EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora