¡La conocí al fin!

1.8K 74 7
                                    

Hanna se fue y mis nervios aumentaron con cada paso que daba alejándose de nosotras. Me voy quedando a solas con Alison con cada movimiento de pierna que mi amiga da.

No sé porqué, pero siento que esta ansiedad no es solo por tener que hablar con alguien, si no más bien porque ese alguien, en cierto modo, me parece espectacularmente atractiva. Y quiero que ese alguien se lleve la mejor impresión de mi y que quede con ganas de volver a hablarme.

Luego de varios segundos (que para mi fueron como horas) me decidí, juntando todo el valor existente en mi cuerpo y tras haber tenido una pelea interna de qué hacer y cómo hacerlo, a conversar con ella.

Mis manos comenzaron a transpirar de manera considerable, sentía que mis hombros cada vez estaban más cerca del suelo por el peso invisible de mis inseguridades. "¿Qué le voy a decir? ¿Y si la aburro?". Mi corazón se aceleró, chocando contra mi pecho como queriendo romperlo para poder salir y ser libre. Varios segundos han pasado y debo hablar pero mi lengua se encuentra lacia y se niega a moverse para pronunciar cualquier cosa.

Así que . . . Dijo, antes que yo pudiera balbucear cosa alguna, mirando directamente a mis ojos impacientes. Sus palabras de alguna manera me dejaron en shock, olvidando mis inseguridades y recordando que debo comportarme.

Así que. . . Dije antes de que pudiera seguir hablando, ya que sentí que era mi turno de hacerlo, aunque no creo que Alison dijera nada más, porque a mi parecer solo lo dijo para acabar con el silencio y llamar mi atención, cosa que me agrada mucho. Sin embargo, aunque fue un gran paso pronunciar algo, no fue lo más original. Sólo repetí lo que ella dijo, pero ¿Acaso eso no es normal en una conversación?. Se puso como más helado, ¿no?  "Bien, bien, Fields, no te presiones, hablar del tiempo siempre funciona".

¿Te dio frío? Me pregunto, a lo que solo me quedaba responder que sí con un movimiento de cabeza, ya que me avergonzó lo pobre y común que fue mi comentario.

Aunque luego de 5 segundos, y sin ninguna mala intención en lo que había dicho antes, mi comentario se transformó en lo mejor que había pronunciado en mi corta vida. Esa disquisición, ahora transformada en algo maravilloso, provocó que una rubia, ubicada al frente mío, tomará mi mano para después poner la entra las suyas y así comprobar si ésta realmente estaba pasando frío. Al percatarse que no mentía, hizo movimientos circulares con sus dedos pulgares, acariciando mi mano para hacerla entrar en calor. Y al instante, al sentir su tacto, no fue sólo mi mano la que entro en calor, si no que todo mi cuerpo lo hizo. El calor que se formo en mi mano derecha, que era la que ella sostenía, se propagó, más rápido que el correr de las manecillas un reloj, por todo mi cuerpo, dio unas veloces vueltas para luego pararse en mi estómago, haciendo que me mareara un poco, pero al contrario de un mareo normal, éste provocó que una sonrisa, bastante tonta, se me formará en los labios sin siquiera poder intentar evitarla. Es como si mis actos estuvieran controlados por alguien mas o mejor dicho por algo mas; por ese calor que recorrió mi cuerpo en un dos por tres. "Reacciona, pareces imbécil, debes decir algo antes de empeorar las cosas".

Gra-gracias dije tartamudeando Tus manos son muy suav-tibias. Tus manos están muy tibias.

Se rió, una risa dulce y tranquila salió de entre sus labios color rosa pálido - De nada, si puedo ayudar con tu temperatura, no tengo problema en hacerlo - "Dios, pero que bella es. Hey, hey, hey Emily, esos pensamientos no están bien. . . Dios, pero que amable es. Uf, mucho mejor".

¿Te pasa algo? me pregunto, haciendo que notará lo loca que debía parecer.

Eh no, solo pensaba. Lo siento dije, sin poder esconder mi nerviosismo.

La normalidad de EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora