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U N O

Recuerdo ese día a la perfección, estábamos a mitad de ciclo de la preparatoria cursando el tercero, caminando por la acera, yendo hacia la entrada mientras estaba escuchando a mi amiga como había perdido su celular.

Oh corrección, de como le habían robado el celular.

—...te juro que si hubiese sabido que me lo robarían no lo hubiera dejado cargando en el salón, ¡son unos ratas! como no consiguen un trabajo y compran el suyo— gruñe y me carcajeo.

— Al menos no era un IPhone,  ya luego te compraras uno— digo tratándola de tranquilizar.

— No, pero mi Samsung era perfecto ¡y las fotos!  Solo espero y quien me lo haya robado no cheque galería por que sí no, se quedara traumatizado.

— Como no va a estarlo si lo tenias lleno de porno —me burlo de ella haciendo que me golpeara.

— ¡silencio, silencio! —me calla y observa a su alrededor que nadie haya escuchado— Eres una odiosa, no lo digas en voz alta, alguien te podrá escuchar.

— Lorraine, no es de otro mundo que alguien vea porno, no hay que preocuparse.

— Ni hiy pir qui pricirpisi —arremeda y la golpeó— Sabes... como quisiera estar en esas que tienen casillero,  seria grandioso,  ¿no crees?  —cambia de tema y asiento.

— Pero nos jodimos, ya que tenemos que estar con la mochila de un lado a otro excepto en el recreo, pero bueno ni modo que hagamos huelga — El timbre sonó y rápidamente las maestras salieron para meter a todos.

Desgraciadamente Lorraine y yo estábamos en salones distintos.

— ¡Pero que tenemos aquí!  Si es mi grandísima, Grace. — la voz de mi mejor amigo me distrajo al entrar al salón, lo observe y sonreí.

— Mi escarabajo favorito — digo abrazándolo— Es martes así que hoy te toca pagar el helado.

Maurice y yo teníamos la costumbre de ir por helado al terminar clases, ya que estaba de pasada, la distancia a máximo era de tres cuadras mientras mi casa es a cinco cuadras y la suya de siete.

— Tienes suerte que no haya gastado nada ayer.

— ¿No que saliste ayer con Kristen y por eso faltaste?  —pregunto mencionando a su novia.

— Si, pero ella no quiso nada y yo menos así que no gaste.

— Bueno,  gracias a ella tendré mi helado.

  — Por cierto, ira mi primo ¿no te molesta, verdad? lo veras aquí dentro de unos días, hasta podríamos ser los buenos tres mosqueteros. 

  — Eso dependiendo, si me cae bien si, y no, no hay problema.

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No pensé que el primo de mi mejor amigo terminaría siendo alguien quien estaba condenadamente bueno. Cuando estábamos sentados en la mesa a la espera de su primo una silueta se posiciona frente de nosotros.

  — Oh mira es el, Joe ella es mi amiga, Grace — me levante y el me sonrió, me saludo con un beso en la mejilla y sentí cosquillas por su barba que estaba creciendo apenas.

  — Un gusto — digo y el asiente mientras toma otra silla y se sienta, hago lo mismo.

Dios mio, que hermosos ojos.

Lo escucho reír y a Mau— Gracias, los tuyos también son hermosos. 

Con las mejillas rojas y cubriéndome el rostro por la vergüenza, sabia perfectamente que iba a quedar completamente y alocadamente encantada de ti.