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T R E I N T A

— Estoy seguro que en estos momentos me odias —dice tan pronto que nos sentamos en la banca.

— No es odio... se le llama decepción.

— Ella es mi novia...

— Oh, si no me dices no me doy cuenta —lo interrumpo soltando una carcajada, me ve mal y después se acomoda.

— ¿Me dejas terminar?  —no digo nada y el suspira— Es mi novia desde hace tres años... Y vine aquí a terminar los estudios, pensé que estaría genial, pues estaria con mi primo... pero no sabía que iba a conocer a alguien como tú.

— Asi que yo tengo la culpa... — empiezo a decir enojada pero el abruptamente me interrumpe.

— ¡Carajo! Lo que trato de decir es qué no pense que me llamarías la atención, y no como amiga, si no como algo más.

— Me hubieras dicho que tenías novia, me alejaría.

— ¿Lo harías? — asentí — por qué yo no, y no te dije por que tenía miedo.

— ¿Miedo? —solté con burla — ¿miedo a qué?

— Miedo a perderte.

— No lo ibas a hacer, simplemente ibamos a fingir estar bien, aún cuando me sentía mal, no intentaría nada contigo, por que prefiero eso, a romper una relación.

— ¿No querías qué hubiera algo entre nosotros?

Lo mire seriamente — Nunca hubo un nosotros, simplemente fueron falsas ilusiones que me hiciste crear al pensar que podiamos ser algo, obviamente eso cambió.

— Yo no cambiaré de parecer de mis sentimientos por tí.

— Ni yo, pero es mejor superarlo, y ser solo amigos.

Nadie dijo nada y el silencio se hizo presente entre los dos.

— ¿Entonces así acaba todo?  ¿como amigos?

— Acabo por tu culpa, y sí... solo amigos.

Baje la mirada y vi mis zapatos, fue hasta que oí como se levantaba.

Lo mire, sin embargo el no me miro a mi.

— Bien, me parece perfecto. Obviamente no dejaría a mi novia... por tí.

Y se fue.

Debía admitirlo... Eso dolió.