Lluevo

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Llueve
y el escurridizo suelo
actúa como salvavidas
para mis problemas.
Lo que siempre quise expresar
y no me permití
se me amontona en la garganta
y pesa como el cemento.
¿Qué hago en la calle pidiendo auxilio?
Ya no soy dueña ni de mi cuerpo.
Tantos coches,  edificios, objetos.
Nombres.
Y tan poco significado.
Apretar la mentira no la va
a transformar en verdad.
Ni mirarla a los ojos
hasta que duela
va a hacerla menos real.
Solo -y tan solo puede-
que más ligera.
Pesa,
Pesa,
Y pesa
lo que siento.
Que ya no es ni mi cuerpo,
es mi ser.
Llueve.
Llueve.
Llueve.
Y yo lluevo,
pero sin escampar esta vez.

Noches en vela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora