Contemplación grave

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Anochece en mi tejado,
Y el frío me sabe a poco.
Las estrellas van pintando el cielo,
el viento hace su trabajo.
El mundo está en blanco y negro.
Y mi tejado, congelado.
Silencio.
En el tiempo,  me preparo.
Los desperfectos nos engullen
y se tragan lo que pienso.
La energía que soy,
Se va deteniendo.
La sangre ya no sirve para darle vida a un cuerpo.
Anochece aquí.
Allí.
Y en mí.
Y en ti.
Y así...
El frío ya no sabe a nada.
Ni a algo.
Las estrellas no tienen luz ni sitio ni forma ni sueños.
Ni espacio.
Y el viento hace su trabajo.
Siempre su trabajo.
–a veces más lento y a veces más rápido–
Y esta vez, transporta mis restos bien lejos.

Cuando al fin me levanto el mundo está en blanco y negro.
Mi tejado congelado.
Las estrellas ya no están en el cielo y no pintan mis recuerdos.
En el tiempo,  me preparo.
Los desperfectos me engullen.
Me arrebatan lo que pienso.
Y la energía que soy
–que era–
Se detiene.
(Al fin)
Me voy extinguiendo.

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