Noches en vela.

Me hizo creer en la poesía

Es la típica persona que esperas encontrar por la calle con libros entre los brazos,
con el pelo despeinado y los ojos
en el cielo,
en otro mundo.
La típica persona que andando llega más lejos que en autobús
o en tren.
Que no usa reloj.
La típica persona que esperas encontrar y no.
No hay manera.
Que esperas ver con un cigarrillo medio acabado.
La típica persona que te saluda con un "buenos días" apresurado.
La típica persona
que ves una vez en la vida
y ya piensas que utiliza al tiempo
y no al contrario.
La típica persona que acaricia
las cuerdas de la guitarra
-como si fueran la espalda del propio amor-
aunque no sepa tocarla.
Personas que afinan las curvas.
Que crean melodías.
Personas que te cambian de párrafo la lectura.
Que desorientan.
Que cambian el espacio
en el que estás respirando día a día.
Es la típica persona que de
una helada
crea una lluvia de flores.
De la que guardas fotografías
en un baúl de madera
que sabes que no vas a abrir
en años.
Por la superficialidad
de guardar recuerdos
materiales.
Poco necesarios,
como bien sabes.
La típica persona a la que te
presentarías desnudx
en espíritu.
A la que le rozarías el alma
y reconstruirías su ser en cada beso
y le pedirías que se quedara,
aún sabiendo la respuesta.
Aún siendo consciente
de que existen
los imposibles.