Capitulo 18

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Llevamos siguiendo ese auto negro algunas horas, pueden ser peligrosos así que estamos a una distancia prudente, el camino está oscuro y solo es iluminado por el reflejo de la luna, seguimos las luces rojas frente a nosotros en silencio.
Levanto mis piernas y las coloco sobre la guantera, lo miro de reojo y el hace lo mismo.

-¿Que pasó con Beth? La ayudaste a escapar en la prisión.- vuelvo a mirarlo de reojo.

-Ella salió sola, es fuerte. Estuvimos juntos un tiempo pero una horda nos rodeó, le dije que corra y cuando pude seguirla simplemente desapareció. Lo único que pude ver es un auto como ese.- aprieta el volante con fuerza.

-La encontraremos.- le sonrio y el me mira con una pequeña sonrisa de lado.

-Estan yendo al norte, la i95.- miro por la ventanilla y luego al frente.

[...]

-Se detuvieron.- le susurro como si alguien pudiera oirnos.

Estacionamos junto a un callejón y observamos al auto por unos minutos, de el baja una persona que camina hacia la esquina.

-Es un policía.- dice Daryl sorprendido.

El hombre rodea la esquina y todo queda en silencio, fijo mi vista sobre el lugar por donde se marchó aquella persona y espero por cualquier cosa, un caminante golpea la ventanilla y nos sobresalta. Tomo mi arma con fuerza y la acomodo sobre mis muslos, Daryl me mira y luego mira al frente, el tipo vestido de policía aparece por la esquina por donde se fue, corre algunas cosas y vuelve hacia el auto, mira en nuestra dirección y por fin sube.

-Debemos seguirlos.- dice Daryl mientras intenta encender el auto. -Mierda, está muerto.- golpea el volante frustrado.

-Maldita sea, son demaciados.- varios caminantes se acercan a nosotros.

-Busquemos un lugar para pasar la noche, mañana los rastrearemos.- mira hacia ambos lados y luego a mi.

-Conozco un lugar.-

[...]

Entramos con cautela al edificio recorriendo los pasillos, Daryl consiguió las llaves y yo le indique el camino hacia las habitaciones, está tal como lo recuerdo. La recepción está hecha pedazos, hay papeles tirados por todos lados, con la ayuda del cazador colocamos un gran escritorio contra una puerta para que ningun caminante pueda sorprendernos.

-¿Trabajabas aquí o algo así?- pregunta sin mirarme.

-Algo así.- me encojo de hombros y camino hacia la parte de las habitaciones.

Habro la puerta del pequeño cuarto amoblado solo por una cama superpuesta, un escritorio y una silla. Sobre el escritorio hay algunos libros y dibujos decorando las paredes blancas, me acerco a la ventana y observo la cuidad, suspiro con pesar y camino hacia la cama.

-Conoces este lugar, ¿No?- dice mientras apoya su ballesta en el escritorio.

-Es un albergue para víctimas de violencia. Aquí encontre a la que se supone era mi mamá, vinimos con mi hermana una tarde y ella nos regalo esto.- tocó mi colgante con melancolía y sonrío de lado.

-¿Tu padre las golpeaba?- susurra.

-No, ni siquiera lo conocí. Seguramente se había peleado con el muchacho por el que nos abandonó y sin lugar donde ir invento alguna historia.- me siento en la cama de abajo y me recuesto sobre mis brazos. -Ella se fue cuando era niña, tiempo después la encontramos aquí y luego volvió a desaparecer.- suspiro.

-Que estúpida.- escupe con molestia.

-¿Porque lo dices?- lo miro con el ceño fruncido.

-Se perdió de conocerte.- sonríe mientras se recuesta a mi lado. -Era verdad lo que te dije antes.-

Esperanza //*Daryl Dixon* [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora