Dongmin se encontraba sentado en la parte trasera del auto. Viendo por la ventana aquel camino que tan bien conocía. Se sabía de memoria todas las cosas que podían verse al pasar. Había estado recorriendo esa carretera desde que tenía memoria. Su hermano había pasado por ahí y su papá fue profesor en su momento.
Entre las cosas que podían verse, las que Dongmin más reconocía, sin duda eran:
La casa de la señora con el Yorkshire peligroso... Sí, aquel maldito perro que había mordido a su hermana cuando era apenas una niña.
El árbol de hojas amarillas, que sorprendentemente nunca cambiaban de color.
El letrero de desviación en el cual casi siempre había algún accidente.
El policía de tránsito, que hacía un par de años había dejado de esforzarse en su trabajo.
La florería del señor Tailandés. Por más bonitas que fueran las flores, siempre era un problema comprarlas puesto que el dueño, con trabajos sabía otro idioma más que el suyo.
Él conocía tan bien el camino, que sería capaz de guiar a alguien con los ojos cerrados. Le diría por donde tener cuidado al pisar y los escalones (Si es que se va a pie), y si es en auto, podría decir en que carril siempre se avanza más rápido o en donde había que dar vuelta. Después de todo, siempre había sido el mismo recorrido.... Siempre.
Todas eran las mismas cosas en ese camino.... No, no sólo en ese camino. En su vida.... En la vida de Dongmin, todo siempre era igual.
Excepto por un pequeño detalle.
Normalmente al pasar por ahí escuchaba las canciones que le gustaban, pues compartía gustos musicales con su hermano. Pero al no estar él aquí, su madre había dado preferencia a "La señorita de la familia", y el viaje no estaba siendo tan agradable para él.
- ¡NAE PPI TAN NEUMMUL!
- Eumji, por el amor de todas las cosas, podrías... No sé... ¿Cantar en vez de gritar?
- No estoy gritando Dongmin, voy al mismo volumen de la canción... Shhh! ¡PEACHES AND CREAM!
Si, ese era el detalle. Desde que su hermana había descubierto el K-Pop no había dejado de cantar canciones a todo volumen. La música en sí no le molestaba a Dongmin, el problema eran los gritos de su hermana.
🍁🐶
Pasaron un par de canciones más cuando ya estaban cerca de su destino. El instituto The expectation of the future, al igual que el camino, le era familiar. Después de estudiar ahí por 2 años y haber ido a todas las presentaciones de su hermano y su padre, el lugar se había convertido en un segundo hogar para él.
Ahora iba a cursar el tercer y último año de la preparatoria. Un año más y estaría en la universidad. A pesar de que él siempre se encontró capaz de estar bien ahí, la gente no pensaba lo mismo. Pues ya había llegado hasta ese grado, y aún no se había esforzado si quiera en buscar a su alma gemela. Y es que en estos tiempos, al parecer el deseo de encontrar a tu otra mitad era sinónimo de éxito (Una estupidez, según Dongmin).
Todos decían que algo debía estar mal en él como para no interesarle, pero él siempre hizo caso omiso a esos comentarios. Después de todo, no era necesario buscarla, pues ya sabía quién era.
Yoon Jeonghan. Se habían conocido desde que tenían 5 años. Sus padres se hicieron amigos al instante y por ende, los niños se veían seguido. Dongmin supo desde un principio que él era su alma gemela, pues la marca en el cuello de Yoon lo revelaba. Sin embargo, sólo él y su familia sabían de esto, pues nadie aparte de ellos había visto su propia marca.
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Forbidden {Binwoo}
Fanfiction"En un mundo donde las marcas en la piel te dicen quién es tu alma gemela, él nunca sintió que la suya era la correcta." "Si ellos dicen quién es mi alma gemela, entonces prefiero vivir en la mentira"