«21, Gone Wrong»

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La lluvia caía rápidamente del cielo de las calles de Seúl, pintando el paisaje de pequeñas gotas en movimiento.
El viento soplaba frío, y la gente corría buscando un lugar donde cubrirse del agua.

Sin embargo, a MinHyuk no le importaba mojarse con la lluvia. Caminaba con pasó tranquilo hacia la cafetería cerca del aeropuerto. Debía admitirlo, estaba temblando, y no precisamente por el frío.

Al divisar el lugar en la esquina de una de las calles, soltó un suspiro de alivio. Realmente le vendría bien un café cargado... O tal vez cinco de éstos.

Aceleró un poco, esperando llegar a tiempo a su "cita". Entró al lugar, haciendo sonar la campana de la puerta. Dentro, había gente hablando en voz baja mientras bebían sus tazas de café.

Divisó al chico alto en una de las mesas junto a las ventanas.

Se acercó, y se sentó en el taburete de enfrente. El colchón rojo hacía contraste con las mesas color crema. Sorprendentemente, el contrario combinaba igual. Su maleta terracota reposaba junto de sus asientos, y su gran abrigo amarillo cubría apenas su torso.

MinHyuk se sintió demasiado consciente de sí mismo, usando su gorra y chamarra negras, junto con sus viejos jeans. Se encogió un poco en su lugar, mientras el contrario mantenía la vista fija en la ventana.

En su mesa se hallaba una taza de café hechando vapor suavemente. MinHyuk alzó la mano, para luego señalar la taza, dando a entender a la mesera que quería una igual. La chica asintió y entró en la cocina.

MinHyuk regresó la vista hacia su llamada "cita". Notó que el chico tenía el ceño fruncido, y al parecer no había tomado su café aún.

Hyuk se aclaró su garganta, en un intento fallido de llamar la atención del menor.

— Entonces... ¿Querías verme?

El menor por fin le dirigió la mirada. Lo acusaba con ella, y MinHyuk lo notaba. Deseó poder encogerse más en ese sillón rojo.

La mesera dejó distraídamente la taza de café en la mesa. Ambos dirigieron la mirada a ésta, y de regreso.

Finalmente el contrario habló. MinHyuk se dió cuenta de que sus ojos estaban hinchados.

— ¿Qué está pasando realmente, Hyuk?

— ¿Qué está pasando de qué? — Sin embargo, ya lo sabía. Tomó el azúcar y vacío 2 sobres en su bebida.

— Ya no me hablas, Hyuk. Te niegas a verme, y cuando intento hablar contigo eres cortante. Se supone que vine aquí para vernos pero... Es como si tú no pudieras verme. ¿Qué está pasando?

MinHyuk sintió un nudo en su garganta. ¿Qué se supone que debía decirle? No todos los días te das cuenta que de quién has estado enamorado durante 10 años no era la única persona. En ese momento, no podría iniciar una relación con él. Se sentía culpable el saber que su pareja no era el único que le atraía.

Sus miradas se cruzaron una vez más. De repente, MinHyuk se sentía como ese niño de 7 años llorando en el parque de nuevo. Podía sentir el dolor en su corazón, y sentía como el aire le revolvía el pelo. Podía ver al niño de hermosos rizos y mejillas rosadas acercarse a él y preguntarle, ¿Quieres un abrazo? ¿Estás bien?
Sólo que esta vez, era el niño de rizos y mejillas rosadas quien estaba llorando. Y MinHyuk no tenía el valor de acercarse a darle un abrazo, ni de ofrecerle una manzana a la mitad. Únicamente se quedó sentado ahí, sintiendo el dolor de ambos y con el café entre sus manos.

— Sanha... Yo...

Y ahí se quebró. Las lágrimas comenzaron a caer. Entonces, las mejillas de Sanha se tornaron rojas, y lo siguiente que MinHyuk sintió fue un golpe en su mejilla derecha.

— ¡No llores tú también, idiota! ¿No ves que me está costando mucho odiarte? ¡Y si haces eso, no puedo!

Todos voltearon discretamente a ver a la mesa de los chicos, aunque a ninguno le importó.

MinHyuk bajó la mirada, y con voz muy tenue comenzó a hablar.

— Perdón. Perdóname Sanha, por favor perdóname. Es sólo que... Tú... Ah, también me gusta Dongmin. Ya, lo dije.

Sanha se quedó viendo a MinHyuk unos segundos. En realidad lo sospechaba desde hacía ya un tiempo, pero de igual manera el haberlo escuchado de sus labios le había dolido. De esos labios que por tantos años había deseado probar, pero nunca había tenido la oportunidad.

Y ahora, nunca la tendría.

— Y yo... Me siento la peor de las personas al no poder hacer nada al respecto. Quisiera poder arrancar los sentimientos que tengo por Dongmin y poder amarte solamente a ti, por que diablos Sanha, me encantas. Pero es difícil cuando... Cuando no eres el único.

Las lágrimas de Sanha dejaron de correr. No podía culparlo, simplemente no podía. Y una vez más, estaba frente a él, viéndolo llorar de forma desconsolada.

Se levantó de su asiento, y se acercó hasta el del contrario, para envolverlo entre sus brazos.

MinHyuk se sobresaltó ante el gesto. No se esperaba para nada esa reacción.

Sanha se separó de él, pasando un dedo por su mejilla.

— Lamento no tener una manzana justo ahora. Si no, te la daría completa.

Ambos sonrieron y se abrazaron aún más fuerte.

— Prometo que voy a intentarlo Sanha. Pero... No puedo cambiar de la noche a la mañana. Necesito que me tengas un poco de paciencia.

— He esperado 10 años, Hyuk. Puedo esperar un par más.

Un rato después, regresaron a sus lugares. Ambos tomaron sus tazas de café, y hablaron de un par de cosas más. Recordaron momentos juntos, y compartieron un par de risas y lágrimas más.

Al final, MinHyuk prometió que iba a estar más tiempo con Sanha, y que iba a intentar dejar sus sentimientos por Dongmin atrás.

Sin embargo, aún tenían un obstáculo. Sanha tenía que regresar a su hogar en Suiza, y eso iba a ser un problema para su "relación".

— ¿Seguro que no puedes quedarte?

— No... Tengo que volver a casa. A menos que algo realmente importante pase, tengo que irme.

— Ya veo... Aunque debes venir de visita más seguido.

Finalmente terminaron sus bebidas y salieron del lugar. MinHyuk acompañó al contrario al aeropuerto. Aún faltaban 2 horas para el vuelo, pero MinHyuk prometió que iba a volver a casa temprano, por lo que tuvo que irse. Tras un abrazo largo, tomó un taxi a casa.

Unas calles después, se dió cuenta que no tenía suficiente dinero para que el taxi lo llevara hasta su casa, por lo que se bajó un par de cuadras antes.

Por pura casualidad, pasó delante del lugar donde Dongmin vivía. Se quedó viendo la inmensa casa por unos segundos, antes de darse la vuelta.

Caminó unos pasos, cuando vió a su amigo salir de su casa, caminando por la banqueta.

Se acercó hasta él sigilosamente. El contrario no notó su presencia, cosa que MinHyuk quiso aprovechar para asustarlo.

Sin embargo, tan pronto como pisó la acera para cruzar, un auto color negro avanzó a una velocidad extrema. MinHyuk se dió cuenta de él, pero al parecer Dongmin estaba demasiado distraído para ver el auto avanzado hacía él.

Simplemente no había forma de evitar el impacto. A menos que...

— ¡Dongmin!

Y todo se tornó negro. De repente, ya no había ruido, ni lluvia, ni lágrimas en la mente de MinHyuk. Sólo oscuridad.















Se que me aman~
Disculpen si el próximo capítulo tarda más de lo normal, pero quiero asegurarme que sea perfecto~

En lo personal, me gusta mucho cómo quedó este capítulo.

Y pues, ya no digo nada más xD

Los quiere muchísimo,
Mew~




Forbidden {Binwoo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora