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-¿Esa es mía?

Ella miró hacía donde señalaba y negó, agachándose para coger otra caja.

-No, esa es de Annie.

-Bien, entonces terminaré de acomodar un poco para arreglarme. Saldremos en una hora, él me dijo que empieza a las 8, pero quiero comer antes. ¿Está eso bien?.

-Sí, sí. No te preocupes, termina de arreglar todo. Maite y Annie están organizando las habitaciones de los mellizos.

Ángeles se puso de pie y se sacudió los jeans, pero antes de subir se volteó.-¿Dónde están los Jotas?.-Frunció el ceño.

-Eh, creo que fueron de compras. Jack se quejaba de que la nevera estaba vacía, más idiota no puede ser.

Ángeles río ligeramente.-Bien, arreglaré por lo menos mi cama.-Hannah asintió y Ángeles terminó de subir.

Estaban en la nueva casa. Ya era viernes y por fin se habían mudado del departamento, estaban juntos y ahora estaban pensando en qué hacer con Marcos, claro, a escondidas de Maite. Con él las cosas hasta ese día estaban siendo tranquilas, aunque ellos estaban esperando que pasara lo que fuera a pasar, pero sabían que algo pasaría. Ángeles se detuvo en la primera habitación del corredor izquierdo, la cual era la habitación de Abigail y ahí estaba Maite acomodando todo junto a la pequeña que algunas veces reía por alguna cosquilla que le hacía la rubia mayor. Luego al pasar a la siguiente vio a Annie hacer lo mismo con Abel y para su sorpresa él se reía con ella. Era completamente extraño, pero el niño era más abierto con ella que con cualquier otro, e incluso con Jack, aunque todos suponían que era porque el chico lo mimaba mucho.

La casa era lo suficientemente grande para todos ellos, era de tres pisos y tenía una piscina en la parte trasera, los chicos acordaron poner un Cesto, para poder jugar basketboll de vez en cuando, y aún había espacio para que los pequeños pudieran jugar. La primera planta estaba constituida por la cocina que estaba unida con el comedor, luego estaba la sala, que era enorme, tenía tres sillones negros frente a una pantalla plana, y esta estaba conectada a una play 4 la cual era de Jack. Estaba la puerta corrediza que guiaba al patio, el sótano, un baño y fuera estaba el garaje, que para suerte de los chicos era lo suficientemente grande para que los dos coches de Ángeles, el de Hannah y las tres motocicletas cupieran fácilmente. En el segundo piso estaban las habitaciones, de cada lado habían 4 habitaciones con baño propio. Los mellizos, Maite y Jessie del lado izquierdo, mientras que la pareja, Jack y Ángeles del lado derecho, dejando así dos habitaciones para huéspedes.

Ya en la tercera planta estaba lo que ellos llamaron "el entretenimiento" y solo habían 4 puertas en total. De un lado estaba el Gimnasio y el salón para los pequeños, claro, cuando vieron el espacio así lo habían decidido, pero después al poner una piscina llena de pelotas, solo fue un sitio más para todos. Del otro lado estaba el salón para ver películas, había una pantalla enorme que ocupaba toda la pared y seguido a eso habían sillas con relleno, de diferentes alturas. Luego estaba el salón donde iban a jugar sus videojuegos, así lo habían nombrado. Tiraron unos cuantos puff y pusieron una nevera pequeña, acomodaron dos pantallas, conectaron la Xbox 360 y listo.

Nadie podía quejarse, esa casa era una de las más envidiadas del barrio, por ser tan grande y espaciosa, por lo que Ángeles estaba orgullosa por haberla comprado, que fue lo único que pudo hacer, ya que todo lo demás vinieron del departamento de ella y de las chicas, la pintura (porque obviamente pintaron las habitaciones) las pagaron los chicos y el camión las chicas. Ángeles no se opuso, podía tener mucho dinero, pero tampoco le gustaba gastarlo todo y menos cuando los chicos también tenían. Hasta los padres de Hannah ayudaron, mandaron a enmarcar fotos de todos ellos y llegarían el sábado en la tarde. Algo era algo, nadie se quejaba.

NO. (Lesbian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora