interruptor. 《Damon Salvatore》

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El camino no se ve con claridad y mis pies parece que no quieren colaborar en llevarme en linea recta. El mareo está presente dejando un suave y agradable zumbido a mi alrededor que me adormece los sentidos.

-Joder...hace unos minutos andar no era tan difícil.- Me digo a mi misma. Me paro y me concentro.- Un pie tras...otro... y después... otro pasito.

Voy poniendo los pies uno delante del otro con los brazos estirados horizontalmente para hacer equilibrio y la botella agitándose en una de mis manos.

Como veo que la tarea de andar es demasiado para mi, decido que el suelo es un buen sito para sentarme y seguir bebiendo. Gotas de agua van cayendo suavemente por mi piel, empapándome el pelo y la ropa. Es una sensación agradable. Miro hacia el cielo y cierro los ojos, dejando que el agua se lleve los recuerdos con ella.

Unos pasos pesados a mi lado me hacen subir la mirada. Estupendo. Cuando el alcohol estaba empezando a hacer su efecto de hacerme olvidar, mi fantasma del pasado aparece.

-Apestas a alcohol.- Me dice serio.

Me encojo de hombros y le doy otro sorbo a mi bebida, mientras me giro con dificultad para darle la espalda.

-Estas en medio de la carretera, te va a atropellar un coche y estás empapada, vas a enfermar.

Mis ojos chocan con los suyos cuando me giro para mirarle y mi corazón tiembla, recordando él dolor que su mirada azul le produce. Está parado en frente de mi, empapado también por la lluvia.

-Da igual...El mundo no notaría que no estoy.- Le digo vorazmente.

-Estas borracha.- Dice con una mueca de desagrado.

Intento llevarme el dedo índice a la nariz para hacer el gesto de que ha acertado.

-¡Ding, ding,ding! Premio para el rompe corazones. Al final va a ser verdad que no eres solo una cara bonita.

Me sonríe con ironía y después me coge de la muñeca y tira de mi para levantarme, pero no estoy en condiciones de sostenerme en pie por mi misma y me tambaleo sobre mis pies, pero su otra mano sale disparada para agarrarme de la cintura.

Su roce me abrasa a pesar del frío de la lluvia y pesa demasiado. Habían pasado algunos días desde que no notaba su tacto sobre mi.

Me quedé muda, mirando la firmeza con la que su mano se aferraba a mi piel cubierta por la ropa, ahora empapada.

-Voy armada Damon.

-¿A si?, en estas condiciones no me darías ni aunque me hubiese bebido dos litros de verbena.

Paso mi mano furiosa por la estaca que llevo en el otro lado de la cintura y la dejo ahí. Aunque estuviese en condiciones de clavársela, no lo haría.

Quiero demostrar que no me importa el peso de su mirada ni que el simple hecho de que su mano esté sobre mí, haga que mi corazón se desboque, pero el alcohol es el que ha tomado el control de mis actos.

Mi cabeza reposa sobre su hombro y la mano que esperaba impaciente sobre el arma ha agarrado el borde de su chaqueta con fuerza. Su olor y su calor me invaden y me siento en casa, pero también rota y eso se deja ver por las silenciosas lágrimas que me recorren las mejillas y que se mezclan con las gotas de agua que caen por ellas.

-¿Por qué?- Es lo único que sale de mi boca.

Oigo un suspiro cansado y su mejilla se apoya sobre mi coronilla a la vez que su mano acaricia mi pelo.

-No soy bueno para ti.

Me separo con rabia al escuchar esas 5 palabras que me hacían pensar en todos los clichés de películas absurdas.

♡||One Shots||♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora