Otro Tipo De Arma. {Eggsy Unwin, Kingsman}

2.6K 154 8
                                    


La misión era fácil. Sólo tenía que hacerme con el arma química que habían robado unos terroristas hace un par de días para que el mundo no se fuese a la mierda.

Hasta hace un par de minutos, no me había costado llegar hasta el centro de la base, dónde se suponía que debía estar el objetivo. Aunque mi compañero, el agente Tequila, había sido neutralizado y lo habían dejado inconsciente. Me aseguré de dejarle en un sitio seguro, una pequeña sala que se encontraba vacía. Atraqué la puerta para que nadie pudiese entrar desde fuera, más tarde le sacaría, cuando todo hubiera terminado.
Mientras corría, oía los pasos agetreados de los guardias que disparaban son apuntar a un objetivo fijo. Tras girar en una de las esquinas me di la vuelta y desenfundé dos de mis pistolas, mis dos armas preferidas, dos Colt Dragoon que me habían acompañado en casi todas mis misiones. Tenían bastante retroceso pero estaba acostumbrada.

Uno a uno fueron cayendo los guardias mientras giraban la esquina. Cuando terminé con el último, volví a girarme y a buscar la puerta que me llevaría al objetivo. Entré y había una caja fuerte enorme en medio de la sala. 

-No me jodas... - murmuré sin creérmelo. Esto significaría que tendría que gastar tiempo en descifrar la clave.

Me quité las pistoleras y las puse en el suelo, ya no me servían de mucho, había gastado toda la munición que tenía y me molestaban bastante. Pegué la oreja a la puerta de la caja fuerte y empecé a mover la rueda para desbloquearla. Una bala impactó de repente a un centímetro de mi nariz, era un aviso, quien sea que había disparado no me quería dar.  Me giré despacio y mis ojos se toparon con un chico joven más o menos de mi edad, vestido con un elegante traje, zapatos Oxford y el pelo perfectamente peinado. "Todo un caballero", pensé para mi misma.

-Le recomiendo, señorita, que se aleje con cuidado y sin hacer ninguna estupidez, de la caja fuerte. - Le sonreí sin humor y levanté las manos a los costado de mi cabeza, indicando obediencia, mientras me separaba.

-Verá, estoy aquí para llevarme lo que sea que hay ahí dentro y le aseguro que no me iré sin ello.

-Es una pena, nos podríamos haber llevado muy bien en otras circunstancias.-Me giñó un ojo. El chico era muy guapo y me daba pena tener que patearle el culo, pero este no era ni el momento ni el lugar para ligar. En un rápido movimiento saqué el último arma que me quedaba. Un látigo. Azoté su mano haciendo que soltara la pistola. Sonreí victoriosa.

-Creí haberle dicho que no hiciera ninguna estupidez.

Me encogí de hombros y azoté el suelo con fuerza, retándole. Su cabeza se inclino hacia un lado con una sonrisa de medio lado. Esto sería divertido.

Se acercó corriendo y yo enganché el látigo a uno de sus tobillos haciendo que cayera al suelo de boca, no sin antes tirar de su atadura para arrastrarme con él. Le vi acercarse a la caja fuerte y apoyar la oreja en la puerta. Me levanté de inmediato y estampé con fuerza su cara contra el metal. Profirió un gremio de dolor y cuando me descuidé, agarró mi muñeca y cambiamos de posición, ahora era yo la que se encontraba con la cara estrellada contra el metal. Me dio un golpe en la muñeca para quitarme el látigo.

Caí al suelo mareada y él volvió a su tarea de descifrar el código. Me subí a su espalda y pasé mis manos alrededor de su cuello, estrangulándole. Se acercó a una pared de la sala con dificultad y me golpeó la espalda con ella varias veces hasta que mi agarre se fue soltando y se libró de mi. Resbalé por su espalda y me quedé de pie tras él. Era más duro de lo que pensaba. Como último recurso me abalancé sobre él para tirarle al suelo pero, se giró en ese mismo instante y caí sobre su pecho en vez de en su espalda.

Le miré detenidamente de cerca. Llevaba unas gafas de pasta parecidas a las mías. Unos profundos ojos azules no apartaban la vista de mi cara. Noté una mano en mi espalda baja y le dediqué una mirada asesina. Ni si quiera le conocía y, joder, nos acabábamos de dar la paliza del siglo. Retiró la mano y en su cara apareció una sonrisa burlona. Cuando me volví a fijar en sus gafas vi una insignia conocida. Una K.

-¿Kingsman?

-¿Cómo lo has sabido?

-He visto la marca en tus gafas, soy de una compañía bastante parecida a la tuya. Vosotros sois nuestro plan de emergencia.

Su ceja salió dispara en señal de duda, debía ser un agente nuevo. Una presión en mi cadera me hizo perder el hilo de mis pensamientos. Cerré los ojos pidiendo al cielo que no fuese lo que yo creía.

-Dime que llevas otra pistola en los pantalones.

-Lo cierto es que no. -Dijo con una sonrisa - no creo que sea el tipo de arma por el que estas preguntando.

Le miré con una mueca de disgusto, dios, no podía ser verdad, no tenía ningún sentido, acababa de darle una paliza, ¿es que acaso le iba el sadomasoquismo? Me levanté rápidamente y me alejé de él. Sentía mis mejillas arder. En la academia no te preparan para este tipo de cosas.

-Agente Galahad, un placer. - Dijo ofreciéndome una mano. Yo la estreché sin estar muy convencida.

-Angente Brandy, no puedo decir lo mismo.

El sonrió, parecía darle igual mi incomodidad.

-¿Cómo el licor?

-Si, como el licor.

Me di la vuelta y terminé de poner la clave con la mirada del agente sobre mi. Lo cogí y me guardé el látigo.

-Creo que me llevaré esto, los dos tenemos las mismas intenciones y nuestras compañías buscan los mismo así que, estará a salvo conmigo.

-Espero volver a verla, Agente Brandy.

-Espero que eso no ocurra nunca. -Dije saliendo por la puerta. Pero en el fondo si quería ver al caballero vestido de traje, había sido interesante.

♡||One Shots||♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora