Criaturas del zodiaco

Capítulo 2 - "Conviviendo"

N/A:(Siguen en el primer día de clases, solo que corté el cap para que no sea tan largo)

Prim:

Llegué a clases, algo agitada. Los alumnos inundaban los pasillos, por lo que pasar por allí fue una tarea difícil. Entré rápidamente al aula y busqué un asiento con la mirada, hasta que divisé a Gerard.

Él también me miró y me hizo una señal, invitándome a sentarme con él.

—Hola de nuevo—Sonreí. Él me agradaba, aunque era algo callado.

—Hola-Me devolvió una media sonrisa.—Así que... Nos tocó la misma clase—. Asentí.

—Sí, supongo que aquí vendrán la mayoría de los nuevos, creo.—El me miró fijamente—. ¿Pasa algo?

—No... Me preguntaba, ¿Eres albina?—Mi cara seguramente estaba roja, no era la primera vez que me preguntaban algo así.

—No... Extrañamente, no. Tengo un cabello muy rubio y soy muy pálida, pero no soy albina.-Él asintió, riendo levemente ¿Y ahora de qué se reía?

—Es lindo.—Definitivamente debía parecer un tomate—. Tu palidez hace más evidente tu sonrojo, eso es lindo.—El profesor llegó y yo le agradecí a todos los dioses del Olimpo juntos, por salvarme del momento incómodo.

Se trataba de un profesor algo canoso, con una panza grande y ojos pequeños color avellana. Nos miró a todos, para luego dar un salto y sonreír espléndidamente.

—¡Hola! Soy Matthew Ribber, su profesor de Historia—Al principio quedamos algo impactados por la alegría y energía del hombre, pero luego nos contagió su sonrisa y lo saludamos enérgicamente. Me gustaba la materia, por lo cual, la clase sería divertida.

Luego nos explicó que,con historia, se refería a no solo la que ya veíamos en nuestras escuelas mundanas, sino que también sobre civilizaciones y costumbres de nuestros ancestros con poderes.

El profesor nos repartió a todos una fotocopia, y volvió a su asiento a firmar algunas cosas. Desvié mi vista hacia Gerard, quien estaba leyendo muy concentrado, lo que me provocó cierta ternura.

(...)

Aiden:

Fui el primero en llegar al salón. Me ubiqué en un asiento junto a la ventana, casi en el fondo. Los demás fueron llegando de a poco, hasta casi llenar el espacio. Algunas de las chicas me echaban miradas coquetas, lo que me provocó algo de tedio, solo a algunas les respondí con una media sonrisa para no quedar del todo antipático.

Por si las moscas.

El profesor llegó y se presentó, su nombre era Thomas Case. Se trataba de un hombre,bastante joven de unos veinticinco años, y por supuesto, no era feo. Mierda, ya podía imaginar a las chicas revolucionadas por éste, qué aburrido. Su materia era matemática.

La puerta se abrió, llamando la atención de todos.

—No es hora de llegar, señoritas.—Las reprendió el profesor Case, muy serio.—Pero por ser la primera clase lo dejo pasar—. Aflojó su expresión a una más amable. Las chicas se disculparon y le agradecieron, a la vez que buscaban un lugar.

Desvié mi mirada a la ventana, a la vez que sentía una presencia a mi derecha. Una de ellas se sentó a mi lado...

Cassie:

Habíamos llegado tarde con Scar, porque yo me había empeñado en seguir a un chico que me llamaba. El problema, no estaba vivo, solo era un alma en pena. Discutí un poco con Scar, pero luego nos arreglamos, todo esto sucedió en unos veinte minutos.