Criaturas del zodiaco

Capítulo 4- "Tenso"-p.2

Gerard:

Nos habían dividido por grupos, sin embargo, pertenecía a uno bastante reducido, de apenas tres alumnos,incluyéndome. En lo personal, creía que la idea de los grupos era bastante absurda ya que,la mayoría de los que estamos aquí, tenemos poderes que abarcan varias secciones, como mentales y de transformación, al mismo tiempo.  Lía apenas me vio, me saludó y se paró al lado mío.

—Virginia con Levi, qué extraño...—Escupió. Arqueé una ceja, observándola.—¿Qué?-Se sonrojó un poco.

—Digamos que no hace falta leerte la mente para saber que esos, Lía, son celos.—Me miró mal, para luego intentar negar mis palabras.

—No, no lo entiendes. Desde que él llegó, además de que al principio no lo soportaba, está todo el tiempo junto a Vir. —No le creía, la verdad que no, pero fingí que sí, no era mi tema—. Además,Es irónico que seas tan "perceptivo" para esto, pero no para cuando debías serlo con tu amiga.

—Ella no estaba enojada, ni nada, hasta se lo consulté.—Rodó los ojos, claramente en desacuerdo, pero no me contradijo. 

Luego de que un par de profesores ingresaran al salón, uno de ellos se dirigió hacia nosotros. Se presentó, como todos.—Buenas tardes, soy Leonid Ray, actualmente su profesor de la materia y grupo.—Lucía joven, como casi todos aquí. Su porte era serio y elegante, sus ojos extrañamente violetas, que contrastaban con su cabello oscuro, no parecían perderse ni un solo detalle. 

Luego, nos pidió que nos presentásemos. Comencé yo, no eramos demasiados y tampoco me daba vergüenza.—Hola, me llamo Gerard Collins. Mi poder se basa en la lectura de mentes.—El profesor asintió, mirando fijamente a Lía, para que ésta continúe.

—Buenas, soy Lía Hart.—Nos sonrió agradable, no pude evitar devolverle la sonrisa, aunque ya la conocía—. Mi poder es la telequinesis.—Ray hizo lo mismo, y señaló a otro compañero.

Luego de que éste se presentara, habló.—Correcto, son pocos pero con poderes muy interesantes. A continuación, les pediré que me enseñen, un poco, de lo que saben hacer hasta ahora.—Me miró a mí, así que me ofrecí nuevamente. Observé a mi otro compañero, pero éste no parecía querer ceder. Sin embargo, Lía se ofreció. 

—Bien, Lía, intentaré entrar al recuerdo más expuesto, el que menos te afecte.—Ella asintió. La miré fijamente a los ojos, intentando derribar sus barreras mentales. Éstas eran fuertes, aunque no más que las de Prim. Parte por parte, ese "muro" se perforó levemente, dejándome libre el paso a su mente. Muchos recuerdos se asomaban, confusos y rápidos, me era difícil escoger solo uno. Uno de ellos se me cruzó de repente, y fue el que elegí.

Aparecí en lo que parecía ser una habitación, con paredes color lila. Juegos y peluches desparramados por todas partes llamaron mi atención, y una niña hecha bolita en un costado de la habitación, abrazando un peluche. No tenía más de ocho años.

—Lía, mi niña, abre la puerta, por favor...—El que parecía ser su padre le hablaba desde el otro lado de la habitación—. No tengas miedo, confía en mí.—La pequeña levantó la cabeza, dejando ver sus lágrimas y su rostro rojo por éstas. Pero volvió a su posición original segundos más tardes. Luego de un rato, el hombre volvió a llamar—.  Hay alguien que quiere verte...

—Lía, soy yo, Virginia, sal por favor.—Una voz infantil se oyó desde el otro lado. La pequeña se levantó del piso, y se dirigió a abrir la puerta. Cuando lo hizo, su amiga, la recibió con un abrazo y luego la pellizcó.—¡Debes hacerle caso a tu papá!—Lía se partió de la risa, poniéndose más roja de lo que estaba—. ¿Qué...?—Virginia tenía el cabello de verde elevado, como esas figuras infantiles de los Trolls—. Oh...Rayos, otra vez. ¡No es gracioso! Malvada.—Volvió a pellizcar a su amiga, a lo que ésta se lo devolvió.

—Bueno, niñas, si todo está mejor...—Asintieron—. Entonces iré por unas bebidas, vuelvo en cinco minutos.—Lía lo abrazó, disculpándose, a lo que él sonrió melancólico.

El recuerdo terminó ahí, por lo que volví a la realidad. Lía parecía saber lo que había visto, por lo que desvió la mirada, mirando al suelo.

-Bien, por lo que veo lo has logrado.-Dijo el profesor, observando a la rubia. 

Lía:

No era uno de los mejores recuerdos que podría haber elegido, pero tampoco el peor. Me daba algo de vergüenza que él haya visto esa parte tan sensible de mí, sin embargo, no me quejé ya que yo misma me había ofrecido a eso. El profesor me observó ahora a mí.

—¿Yo?-Asintió.-Bien, veamos...—Ray me ofreció un libro que portaba, con la pauta de que yo no le produzca ningún daño a éste. Lo dejé en el suelo y me concentré para elevarlo. A la primera se había elevado levemente para luego caer brusco al suelo. En el segundo intentó, se elevó nuevamente, y lo moví a mi gusto. El profesor sonrió, apoyando una mano en mi hombro. Su actitud me tomó desprevenida, por lo que el libro salió disparado hacia la cara de Gerard. Podría hacer una lista con todas las maldiciones que mascullé en ese momento.

—LO SIENTO, LO SIENTO...—Tomé su rostro, revisando si le había producido algún daño. Su nariz estaba un poco roja, pero nada demasiado grave.—Lo siento, en verdad, yo...—El me sonrió, negando con la cabeza.

—Está bien, Lía, no te preocupes, no fue nada grave. Casi ni me duele...—Dudé, pero asentí y lo solté. Inconscientemente desvié mi mirada hacia el otro grupo, a Levi en especial, y crucé mi mirada con él, nos estaba observando...

N/A:

OLAH :) Perdón si el capítulo fue corto, es el grupo con menos personajes por lo que no podía ser demasiado largo. Si les gustó no olviden votar y/o comentar lo que deseen. 

Cualquier crítica, constructiva, u opinión que tengan es valorada y tomada en serio. Bueno, solo eso, que conste que no hice una tarea por escribir esto, les escribo horas antes de mi muerte(?) Salu2 y dejo un gif, porque ya se me hizo costumbre(?