Capítulo 19 - "La mujer en los sueños"

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Aaron:

Mi mirada se fijó únicamente en el hombre que tenía a unos pasos de mí. Lo conocía bastante bien, por lo que al enterarme de que era el tutor de Scarlett me llevé una amarga sorpresa. Rob solía ser un colega de mis padres y otros vampiros, en general, ya que era severamente conocido en el mercado.

Llamábamos "mercado" a los negocios de sangre directa, es decir, sin raciones de bancos de sangre. El trabajo de Rob consistía en conseguir portadores de sangre para sus clientes. Al tener contactos trabajando en locales nocturnos, aquella tarea no le resultaba complicada, ya que las personas solían embriagarse y perder el conocimiento rápidamente. Allí era donde él intervenía y, aprovechándose de la inconsciencia de aquellos, los llevaba a la fuerza con él. 

La diferencia entre la sangre directa y la de hospital es una que puede sonar muy estúpida o básica, pero realmente marca la diferencia. Para cualquier vampiro, no hay nada mejor que obtener sangre de forma directa, ya que de otra manera ésta pierde su clásico sabor y se torna más agria. Además, las emociones de pánico del portador al momento de la sustracción agrega un sabor aún más especial, más vivo.  Aquello puede sonar sádico y, de hecho, lo es. Todos los vampiros tienen su lado sádico, algunos más que otros, incluyéndome.

El problema era que últimamente me conformaba con sangre de hospital, aquella en la que no debía forzar a nadie a entregármela directamente. 

Luego de haber visto a Scarlett siendo atacada, simplemente no pude volver a beber directamente. Cada vez que intentaba hacerlo, recordaba haber visto el pánico en sus ojos, la bronca e impotencia. Por primera vez me había dado cuenta de lo que se debía sentir, había sentido empatía, algo que con el tiempo había olvidado. 

Lo que me había descolocado totalmente era el hecho de que Rob sabía que aquellos vampiros atacarían a Scarlett, probablemente hasta la había ofrecido por dinero, a su propia sobrina. Si bien Rob no era más que un simple humano, irónicamente, era mucho más sádico que nosotros. 

Y aún no comprendía cómo un simple humano como él podía movilizarse entre cientos de vampiros, probablemente hambrientos, sin terminar siendo atacado. 

—Te está haciendo una pregunta a ti también.—La voz de mi padre me despejó de mis pensamientos. Sonreí con sorna, mofandome de su expresión indignada—. Repite lo que has dicho, por favor.—Dijo, dirigiéndose a Rob, quien estaba en frente nuestro, en la oficina de mi padre. No comprendí por qué le interesaba que yo también escuchara aquello, si con Derek prestando atención era suficiente.

—Están invitados a la ceremonia de degustación.—Se refería a un evento en el que vampiros de altos cargos y poderes adquisitivos solían ir para, entre muchas cosas, degustar sangre de portadores. 

—Creí que esos eventos ya no se hacían.—Solté con recelo. Esos eventos habían sido prohibidos para evitar problemas, ya que existía un cierto "acuerdo" con los políticos humanos. Me sorprendía que volviesen a hacerlos. 

—Sí, es correcto. Pero han vuelto y, como dicen, lo bueno se hace esperar.—No agregué más luego de ver aquella mirada perversa, simplemente le sonreí como si aquello me provocara diversión. Derek se limitaba a sonreír complacido ante la idea, sin embargo, a mí no me atraía. Presentía que traería malas consecuencias y, por primera vez, me preocupaba un poco por algo así.

(...)

Prim:

Desperté sintiendo que alguien me hablaba, sin embargo, no pude procesar qué era lo que decía. Tardé en acostumbrarme a la luz que provenía de una lámpara cercana, justo encima de la mesa de luz a un lado de la cama, y pude reconocer que estaba en mi cuarto.

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2018 ⏰

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