Epílogo

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¿Preparados para leer el final?

No os doy más la tabarra que dos años me parece demasiada espera como para encima entreteneros más.

Espero que lo disfrutéis.

Hasta más ver.

-C.

P.D: Mañana subo los extras que menuda la paliza que me he metido esta tarde para terminar de subir la historia.

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Paró de hacerme cosquillas. Cogí impulso y me giré quedando encima de él. Apoyé mi cabeza en su pecho y me paré a escuchar el latido de su corazón. Era el sonido más bonito del mundo.

-Te quiero -dijimos a la vez, lo que nos provocó una risa conjunta-.

-Cada vez estoy más seguro de que eres capaz de leerme la mente - me susurró en los labios antes de posarlos en los míos fundiéndonos en un beso-.

Me separé de su boca y volví a apoyar la cabeza en su pecho. Él tomó mi mano derecha y comenzó a besarme las yemas de los dedos mientras que, con la mano que le quedaba libre, me acariciaba el pelo.

Sentí un cosquilleo en la boca del estómago, ya estaban otra vez las mariposas, ¿es que nunca me voy a acostumbrar al contacto de su piel con la mía?

-Nunca voy a poder agradecerte lo que hiciste - dije mientras hacía dibujitos con mis dedos en su brazo-.

-No tienes que hacerlo, hice lo que tenía que hacer - acarició mi mejilla con el dorso de su mano-.

-Pero hay algo que todavía no entiendo, ¿cómo te enteraste?

-Bueno, de alguna forma fuiste tú la que me lo dijo - me quedé a cuadros, los únicos que lo sabíamos éramos David, Carlos y yo-. Te escuché.

-Eso lo aclara todo. Un momento - me separé de él-, ¿me espiaste?

-Dicho así suena fatal. Yo lo llamaría asegurarme de tu bienestar.

Le pegué en el brazo por su comentario.

-¡Ay! ¿Qué querías que hiciera? Te echaba de menos y por tu aspecto no parecías estar nada bien. Solo quería saber que no ibas a hacer ninguna locura y bueno... también quería comprobar si me echabas de menos, o por el contrario si era cierto lo de David.

-Pues claro que te echaba de menos. Sé que yo misma lo provoqué y te pido perdón, otra vez, por ello, pero todo lo que pasó me desbordó y menos mal que los chicos estuvieron para animarme.

-Me siento fatal por haberte hablado así - dijo sin mirarme-.

Le agarré de la barbilla y le hice girar para que me mirase a los ojos y pude ver en los suyos que en verdad estaba arrepentido. Se sentía culpable.

-No tienes que sentirte así, fui yo la que te mintió al decir que estaba con David.

-Ya, pero yo te hablé fatal y te acusé de algo que no era verdad - volvió a retirar la mirada-.

-Kike - le llamé-. Mírame a los ojos - le pedí una vez hube captado su atención-. Dime que me quieres y olvídate de todo lo demás.

-Te amo - susurró en mis labios y acortó la distancia que había entre nosotros-.

Comenzó con un beso lento, tímido, suave. Puse todos mis sentimientos en él. Recorrió con su lengua mis labios pidiéndome permiso para entrar en mi boca. Separé levemente mis labios y él inundó mi boca recorriendo cada rincón de esta ya memorizado, como quien vuelve a casa después de un largo viaje.

Mi lengua buscó la suya y comenzó una batalla explosiva. Metió sus manos bajo mi camiseta y me acariciaba la espalda. Sonreí en consecuencia del contacto de pieles, y él, él me comió la sonrisa a besos.

Nos separamos por falta de aire  y pude ver como le brillaban los ojos, parecían plata líquida en la que poder nadar igual que aquel día en el estanque del retiro cuando nos besamos por primera vez.

-Te amo - contesté a su declaración y sonrió. Sonrió tanto con mis palabras que pude ver cómo hasta los ojos le llegaba la sonrisa-.

-Siempre ahí. -Junto a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora