Capitulo 19: Carreras nocturnas.

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Bueno, ya esto aquí de nuevo. Este capítulo es cortito, pero no tengo tiempo de más. Si puedo esta noche subo en siguiente.

Estoy deseando tener el nuevo disco entre mis manos, de momento la canción que más me gusta (no dogo que las otras no me gusten sino que esta me gusta más) es Vuelvo a ser mortal (antihéroe), os la dejo en la galería. ¿Habeis ido a alguna de las firmas o vais a ir a alguna de ellas?

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Besimiaus @Milusa98

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El rugido de una moto me desveló. Miré el reloj y vi que eran las cuatro y media de la madrugada. Me levanté con cuidado para no despertar a David que parecía un angelito durmiendo. Me asomé a la ventana sin retirar las cortinas y vi cómo una persona en moto se alejaba de la casa.

No vi bien a la persona que conducía la moto, pero me jugaría mi unicornio a que era Kike.

Cuando me alejé de la ventana para volver a acostarme, vi la nota que escribió en la pizarra, al día siguiente de conocernos, en la que decía <<Sígueme si puedes>> con su usuario de twitter.

Tomando otro sentido a la frase, cogí mi abrigo, me puse unos zapatos y bajé corriendo. Aun podía ver las luces de la moto, así que sin pensarlo comencé a correr tras ella. Vi cómo se mezclaba con el tráfico y desaparecía de mi vista. De golpe mis ojos se inundaron de lágrimas que desbordaban y corrían por mis mejillas como si de una carrera tratase.

Sentí un vacío en mi pecho y comencé la vuelta a casa. Cuando llegué a la puerta me di cuenta que no tenía llaves. Comencé a dar timbrazos para despertar a David ya que tampoco tenía el móvil.

Me senté en el suelo y apoyé la cabeza en la puerta. Apenas veía a causa de las lágrimas y la oscuridad de la noche.

Me quedé un poco traspuesta, pero noté cómo unos brazos me cogían y me llevaban a un lugar cómodo.

Sentí unos dedos acariciando mi mejilla, que bajaban por mi cuello y terminaban en mi mano. También escuché una voz cantando, esa voz me era muy familiar pero no conseguía entender la letra de la canción.

Alguien a mi lado se movió provocando que me despertase, escuché cinco voces pertenecientes a ángeles que cantaban a la vez una lenta melodía.

De pronto la música paró, un peso calló a mi lado y se escuchó un largo suspiro.

-Venga Cristal, que tienes que ir a clase –dijo mi acompañante, mi mejor amigo, mi hermano. David-.

-No voy a ir a clase. No me encuentro bien –dije con la voz tan ronca que me asusté-.

-No puedes perder clase así porque sí –dijo David-.

-Me duele la cabeza, la garganta,… –comencé a enumerar-, el corazón –dije en un susurro-.

Noté una mano en mi frente comparando mi temperatura (digo “noté” porque todavía no había abierto los ojos).

-¿A qué hora llega Ángela? –me preguntó David-.

-A las ocho –dije medio dormida-.

-Está bien, quédate aquí, ahora te traigo algo para bajar a fiebre –me anunció David e hizo que abriese los ojos de golpe-.

-¿Fiebre? –dije confundida-.

-¿Cómo pretendes no tener fiebre si anoche estabas en pijama por la calle a las cinco de la madrugada? –me reprochó-.

-Vino Kike –le expliqué recordando a motero que vi por la noche-.

-¿Cómo? –abrió mucho los ojos-.

-Anoche escuché una moto y me desperté, me asomé a la ventana y juraría que era Kike el que estaba ahí. Me puse un abrigo y salí corriendo detrás de él. Pero se fue –le expliqué-.

-Bueno, descansa –me dijo mientras desaparecía por las escaleras-.

Croqueteé por la cama hasta llegar a mi móvil, les mandé un WhatsApp a las chicas y Manuel para decirle que hoy no iría a Clase. Mis amigos se preocuparon y me petaron el WhatsApp a preguntas de las que pasé por completo y apagué el móvil.

Me tiré toda la mañana en la cama, me sentía como si una manada de elefantes me hubiese pasado por encima. David no se movió de mi lado en ningún momento. Intentaba distraerme pero la mayoría de las veces no lo conseguía.

Por la tarde vinieron Carlos, Blas, Dani y Álvaro. Y un rato después Cristina y Manuel para darme los apuntes de ese día. La cara de mi hermanastro al ver a Auryn en mi casa fue como ¿WTF? (Where Is The Food?)

-Manuel, te presento a Álvaro, Blas, Carlos, Dani y David. Chicos él es Manuel, mi hermanastro –les presenté cuando estuvieron todos en mi cuarto-.

La tarde fue un poco más entretenida que la mañana. Me sentí una estúpida al llorar cada dos por tres al recordar a Kike.

Cuando se fueron Manuel y Cristina, los chicos decidieron que mientras me encontrase mal, cada día se quedaría uno por la noche.

Hoy se quedaba Carlos. Los demás se fueron y nos quedamos nosotros dos en la cama con el móvil. Se me ocurrió sacar mis reservas de chocolate que tenía en un armario del vestidor.

Después de acabar con medio suministro nos dormimos.

-Siempre ahí. -Junto a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora