-Siempre ahí. -Junto a ti.

Capitulo 21:Fin de semana entre famosos

Holiii!!! Feliz sábado!

Antes de nada quería pedir disculpas por la tardanza, pero como dije al empezar el curso, el estar en 1º de Bachillerato no me deja actualizar muy de seguido, además que estoy con exámenes y quiero aprobarlos todos con muy buena nota.

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Espero que os guste

Besimiaus

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Esa mañana me volvió a despertar el dichoso despertador que me regalaron los chicos. "Ya me vengaré, ya" pensé mientras lo apagaba y me volvía a dormir. A la media hora o así empezó a sonar el móvil, era Dani.

-Buenos días -saludé con voz ronca a causa de estar medio dormida-.

-Buenos días dormilona -me respondió él al otro lado de la línea-. ¿Qué tal has dormido?

-Dormir, he dormido bien. Despertar, se puede decir que no tanto -dije sentándome en la cama y mirando mal al despertador-.

-¿Por qué?

-¿Cómo que porqué? ¿Encima tienes el cuajo de preguntármelo? Pues por culpa del maravilloso despertador que me regalasteis -dije irónicamente-.

-No te quejes que tampoco es para tanto -dijo riéndose-. Bueno, ¿preparada para un fin de semana en la montaña? -preguntó entusiasmado-.

-¿A qué hora salimos? -le pregunté desperezándome-.

-¿Qué te parece dentro de una hora? Pasamos a por ti y luego vamos a por los que queden.

-¿Cuántos vamos a ir? -pregunté extrañada por su respuesta-.

-Ya lo verás. Te dejo para que te prepares. Adiós -colgó-.

Me duché, me planché el pelo y me vestí con unos vaqueros y una sudadera amarilla, junto con unas converses negras. Terminé de hacer la maleta y bajé a desayunar.

Los chicos llegaron tarde, como siempre (horario Auryn), y después de pelearnos por los sitios del coche, fuimos a la furgoneta para recoger al resto del grupo.

-No me acuerdo donde está el coche -dijo Dani haciendo crecer nuestras ganas de matarle-.

-¿Cómo que no te acuerdas? ¿Qué clase de despiste es ese? -dije un poco enfadada-.

-Por lo menos esta vez no he sido yo -dijo David para quitarle un poco de hierro al asunto y consiguió que todo riésemos a carcajadas-.

Decidimos ir todos a buscar el coche, lo encontramos diez minutos después en un parque un poco lejos de casa.

-Oh oh... -dijo Dani mirando al suelo-.

-¿Y ahora qué pasa? -preguntó Carlos-.

-Pues que se me han olvidado las llaves en casa de Cristal -dijo sin levantar la vista del suelo-.

Entonces me empecé a reír, esto no podía ser cierto.

-¿Y a ésta qué le pasa? -preguntó Álvaro preocupado por mí ya que me estaba volviendo escarlata-.

-Pues... que me... me río... por... por no llorar -conseguí decir mientras me reía-.

Al final contagié al resto y estuvimos un rato los seis riéndonos.

-Pues haber qué hacemos, porque las llaves están en el abrigo que se me olvidó ayer en casa de Manuel -dije apoyándome en el capó del coche-.

-Llama a Manuel para que te traiga el abrigo con las llaves y así podemos entrar -me pidió Álvaro-.