- ¿Te lastimé verdad? – estampó sus labios de nuevo sobre el hombro de _________.
- Si seguimos así no viviré mucho... - bromeó ella. Gerardo le dedicó una bonita sonrisa. ¿Hace cuanto había empezado a ser propio de él el acto de sonreír? Ahora sonreía con facilidad. Era ella quien lo hacía sonreír.
- ¿Tú crees? – se acurrucó sobre los senos desnudos de _________. Ella lo abrazó.
- No puedo ni siquiera hablar...
- Tú me dijiste que querías.
- Quiero.
- No más, nena. – le aclaró él. – te puedo dejar peor...
_________ le besó la cabeza. Que asombroso era todo esto. Que perfecto resultaba estar con él. No veía otra mejor forma de ser feliz que estando a su lado. A pesar de sus defectos, de sus errores, de sus secretos, de su pasado. Era así. Y así lo amaba.
- ¿Y como están todos en Kingston? – preguntó _________, jugando con el pelo de él.
- Extrañándote.
- Mentiroso... - _________ negó con la cabeza. – creo que me porté muy mal con todos la última vez.
- No fue tu culpa.
Ella se quedó callada. Había una enorme duda que le rondaba la cabeza desde que había vuelto a verlo. Tenía que preguntárselo... necesitaba saberlo...
- Gerardo... - susurró ella.
- ¿Sí? – le preguntó él. Los susurros de ambos se escuchaban en medio de la oscuridad de aquella habitación.
- ¿Has... - ella soltó un respiro. - ¿has hecho algo... ya sabes... quiero decir que si has hecho algo malo...
- No. – le interrumpió él. – no he vuelto a hacer nada malo desde que te conozco.
Y ella volvió a quedarse callada. ¿Quién iba decir que era capaz de cambiar a una persona? Quien lo iba a decir... y quien lo iba a decir de él. Un hombre tan duro. De tan pocas sonrisas y pocos amigos. De una vida tan difícil y una historia que podría ahuyentar a cualquiera. Un villano y una heroína juntos. Como el agua y el aceite. Diferentes mundos, diferentes historias, diferentes vidas, diferentes entornos...pero juntos.
- Creo que te lo voy diciendo mucho... - sonrió él, negando con la cabeza, esta vez subiendo hasta acostarse sobre la almohada que estaba al lado de la cabeza de _________, se acostó a su lado y la abrazó. – te he extrañado muchísimo.
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- Aquí es. – Gerardo le abrió la puerta de la oficina. _________ entró y observó con atención la decoración de esta. El espacio era realmente enorme, y al fondo se extendía un ventanal ancho que daba visión a los edificios de Kingston.
- No puedo creerlo, es enorme... - le dijo ella, entreabriendo los labios. Observó el techo a ambos lados. Gerardo se apresuró a asegurar la puerta de la oficina. Suavemente enredó sus brazos en la cintura de _________.
- ¿Genial, no? – le besó el cuello suavemente. Una leve oleada de lujuria se paseó por ambos. – trabajo aquí hasta que salga algo mejor.
- ¿Algo mejor que esto? ¿bromeas? - _________ se volteó para besarle los labios. La lengua de Gerardo la sorprendió en medio de ese delicioso beso, para después apretarle más la cintura mientras la besaba desesperado. Solo ella podía conocer ese síntoma en él. – tu jefe tiene que estar loco...
Gerardo se separó. La miró mal pero instintivamente cambió de faceta al ver su sonrisa.
- Soy su ayudante, nena. – le acomodó el cabello hacia atrás, amaba respirar el olor de su piel. – me pagan bien por distribuir estos jo.didos camiones a todo el mundo. – le besó la boca. – pero renunciaré.
- ¿Por qué? – le preguntó ella.
- Es una sorpresa. – se acercó para susurrarle al oído, ella soltó una risa pequeña. Y otra más y otra...y otra. Pero él no se detenía. Sus labios habían ido a parar, incontrolables, hasta el pecho de _________. Rozando con su tibia piel. Esas risas se habían convertido en gemidos de pronto
- Mnh... - murmuró ella, cerrando los ojos, hasta recuperar la cordura. - ¿Qué haces? No...
- ¿Por qué?
- Te despedirán... - lo miró a los ojos, encontrándose con ese Gerardo salvaje que lo quería todo...absolutamente todo de ella.
- La puerta está cerrada. – le afirmó él, mirándole los labios y concentrándose en ellos. Pero es que todo esto había sido culpa de ella, y solamente de ella. Solo a _________ se le ocurría vestirse con esa pequeñísima y fantástica falda, una bonita blusa sin mangas y unas botas 'Ugg'. Pareciera que se vistiera para provocarlo. Y lo había hecho. Desde hace minutos que lo tenía empalmado. – me gusta esto... jo.der...te vez preciosa...
Y esas palabras hicieron que ella también perdiera el control. Que las cosas se le fueran de las manos. Bajó sus manos hasta el miembro de Gerardo. Duro y erecto. Se lo sobó por encima.
- Vaya... - susurró, mirándolo y acariciándolo con sus finas manos. - ¿te he hecho esperar?
- Mucho. – le respondió él. Cerró los ojos involuntariamente. Entonces sería él quien perdería los papeles justo ahora. Se moría por tumbarla y fo.llarla por todo lo que hacía. Se lo merecía.
_________ era pura tentación. – quiero esto _________... quiero hacértelo aquí y dejarle un bonito recuerdo a quién me remplace... - le dijo. Sus manos abrazaron el cu.lo de ella. – házmelo nena, recompénsame por esas noches que estuve sin ti
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SEDUCEME (COMPLETA)
RomancePrologo. No hables. No respires. Él está cerca, y apunto de seducirte de nuevo. Tercera temporada de Secuestrada , Secretos ......................