4

2.3K 189 71
                                    

Todo estaba repleto de gente bebiendo y bailando, la música invadía mis oídos y los gritos de las personas notablemente ebrias no dejaban de resonar por todo el lugar. Había venido con Igarashi porque una chica de otra clase nos invitó a la fiesta, algo de que a ella y a su hermano les dejaron la casa sola por una semana o lo que sea.

Me levanté del sofá como pude y fuí a la cocina buscando a Igarashi. Sinceramente no me estaba divirtiendo y quería irme a casa, pensé que por lo menos podría pasar tiempo con él pero apenas entramos lo perdí de vista y no lo volví a encontrar, y pensar que podría estar con cualquier chica por ahí no me agradaba en lo más mínimo.

Intenté abrirme paso entre parejas besándose y chicos que apenas podían mantenerse en pie, todo estaba lleno de botellas de licor a medio beber, probablemente yo era la única persona aún sobria de todo el lugar.

Suspiré y fuí al comedor esperando encontrarlo ahí y largarnos de una vez, me abrí paso hasta el otro lado de la habitación y para mi sorpresa él estaba charlando con unos chicos de nuestra clase.

—Igarashi.— casi grité intentando llamar su atención sobre todo el ruido. Volteó y los que lo acompañaban se vieron entre sí para luego irse a otro lado de la habitación.

—¡Nana~!— canturreó abalanzándose sobre mi casi haciéndome tropezar.

Oh mierda, estaba borracho.

—¿Cuánto bebiste, Igarashi?— le pregunté intentado no caerme porque estaba poniendo todo su peso sobre mí.

—Pff, no tanto.— murmuró apoyando su cabeza en mi cuello.— Hueles bien...

—Y tú hueles a alcohol.— refunfuñé.— Nos vamos, pediré un taxi.

Lo llevaría a su casa para asegurarme de que no amanezca en una zanja y me iría o dormiría en el sofá, no estaba seguro aún.

Lo arrastré entre el tumulto de gente hasta la entrada y pedí el taxi, no tardaría tanto pero por mientras tenía que lidiar con mi mejor amigo quien, por lo menos, no se había excedido como varios otros.

—¿Alguna vez te había dicho que tienes un buen trasero?— preguntó viéndome de arriba a abajo descaradamente.

Me sorprendí un poco por unos segundos y le saqué el dedo medio sin voltear a verlo.

—Deja de decir tonterías.— respondí mientras veía el auto llegar y estacionarse en la acera.

—Pero es verdad...— murmuró subiéndose al igual que yo.

El camino era corto pero sólo esperaba poder llegar para comer algo y dormir; no estaba seguro de cuánto había bebido Igarashi, suponía que no exageró, lo conocía bien y él no era tan imprudente incluso tratándose de alcohol.

Después de varios minutos ya estábamos frente a su casa, todas las casas de la calle estaban con las luces apagadas pues ya eran alrededor de las tres de la madrugada. Bajamos del taxi y fui hasta la puerta seguido de Igarashi quien estaba bastante callado.

Le pedí sus llaves y abrí la puerta dejándolo entrar primero, cerré con seguro y antes de poder prender las luces Igarashi me acorraló contra la pared del pasillo.

Me tensé casi automáticamente. Estaba muy cerca, podía sentir su respiración chocando contra la mía y sus ojos clavados en los míos me ponían muy nervioso como para decir una palabra.

Intenté evitar su mirada pero su mano tomó mi barbilla haciendo que me centrara en él.

—Nana,— susurró acariciando levemente mi mejilla con su pulgar.— en serio eres muy lindo.

Oneshots [Igarashi x Nanashima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora