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Igarashi y yo estábamos saliendo, aunque él no lo describiría de esa manera. Su comportamiento conmigo era extraño, un día aceptaba mis besos y al otro no me dirigía la palabra.

Él no quería que nadie se enterara, ni siquiera alguno de nuestro grupo, mucho menos Serinuma; pero eso estaba bien para mí, era suficiente.

Sabía que yo era el único que se esforzaba en que la extraña relación que teníamos no colapsara y, honestamente, me estaba empezando a hartar

Igarashi no tenía los mismos sentimientos que yo tenía hacia él, eso lo tenía claro desde el primer momento, pero no quería resignarme como ya lo había hecho antes con Serinuma. Esto era algo más real.

Y es que Igarashi podía tenerme a sus pies cuando sea. Y él lo sabía.

No quería afrontar la dolorosa verdad de que él no me amaba. Solo evitaba pensar en eso y aprovechar los momentos que pasaba a su lado, en su cama o en la escuela; el lugar no me importaba mucho.

Él me podia negar, siempre lo hacía.

Poniendo excusa tras excusa para quedar como el orgulloso hijo de puta que era.

Pero cuando sus besos me devolvían a la fantasia de relación perfecta que quería mantener me olvidaba de todo eso y el contador empezaba de cero.

Todo el tiempo pensaba en si Igarashi hubiera preferido salir con alguna de las chicas que fácilmente aceptarían gustosas. Él quizás no era tierno y delicado pero eso no quitaba su atractivo físico y tampoco su actitud atenta con las chicas, algo que yo nunca tuve.

Aún así yo recibí sus caricias, sus miradas y sus sonrisas. Eso me mantenía ilusionado con la idea del romance ideal que buscaba, aunque no lo consiguiera del todo, valdría la pena.

A veces me quedaba mirando al techo en la oscuridad de mi habitación, preguntándome si de verdad podía seguir manteniendo una relación unilateral. Pero si pensaba en las veces que Igarashi me besaba o me tocaba era obvio que sentía, por lo menos, atracción por mí.

¿Acaso todo el problema se basaba en que Igarashi no podía aceptar sus sentimientos?

Dudas llenaban mi cabeza y cada vez que él actuaba más distante conmigo esas dudas se volvían aún más grandes.

¿Realmente valía la pena?
¿Podría reconstruir nuestra amistad tras esto?
¿Debería acabar con esto?
¿Él no me tomaba en serio?

Ni siquiera le pedi consejos a Serinuma o a Shima; Igarashi siempre decía que lo nuestro era un tema privado así que dejé que las inseguridades me abordaran en silencio.

La idea de terminar iba subiendo cada vez más en mi lista de soluciones, pero no conseguía la determinación suficiente nunca. Siempre que consideraba decírselo acababa embobado por él y lo posponía.

"Hoy no"
"Será para la próxima" "
"Lo haré mañana"

¿De que me servía pretender si sólo me estaba mintiendo a mí mismo?

-Igarashi.- lo interrumpí con una expresión neutral en el rostro. Estábamos caminando hasta su casa como era usual después de clases pero hoy si iba a decirle.

-¿Que sucede?- preguntó descolocado, caminando más lento.

Me detuve y él se paró a mi lado, me acerqué a besarlo sin decir ni una palabra y cuando me separé lo miré a los ojos. Apreciando su rostro en total confusión y algo de pena.

-Terminamos.- intenté sonreírle. Suponía que a mí me costaría más superarlo de lo que a él superarme, suponía que en cualquier momento podría salir con cualquier chica del instituto, quizás Serinuma.

Empecé a caminar en dirección contraria, en silencio. Quería que él me detuviera, que me siguiera, que dijera algo... pero eso no pasó.

Intentaba convencerme de que había tomado la decisión correcta, que era lo mejor para ambos, pero no quería pensar más en eso, necesitaba descansar.











Hey, vi que esto llegó a 1k de leídas im sh00k, so decidí escribir algo re corto pero perDOn.

Y bueno todavía no publicaba algo medianamente angst wink wink.

No es lo mejor pero va con cariño ahrE.

Oneshots [Igarashi x Nanashima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora