6.

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Alexander.

Me despertó el molesto sonido de la alarma, tan chillante y ruidoso como siempre. Escucho cómo tocan la puerta y dicen: 

-Alexander ya es hora de levantarse vas a llegar tarde a la escuela y aún debes bajar a desayunar -dijo mi madre.

-Ya voy, madre, en 20 minutos estoy listo.

Lo cual es realmente mentira, siempre tardo demasiado, pero hoy fue la excepción: por la tarde había una exposición de arte a la cuál tenía muchas ganas de ir; así que, por lo tanto, debía tener mi madre contenta conmigo para tener ese permiso.

Terminé de alistarme y bajé a desayunar tal y como mi madre me lo dijo.

-¿A caso quieres salir hoy? -dijo mi madre mientras sonreía discretamente.

-Apenas te iba a decir, mamá -respondí con entusiasmo.

-¿A qué hora y a dónde?

-Después de la escuela ¿Recuerdas el almacén abandonado que está cerca del parque?

-Cómo olvidar ese lugar, justo en ese parque tu padre y yo nos conocimos.

-Bueno, ¡pues en el almacen hacen exposiciones! Y hoy presentan fotografías de Robert Doisneau, necesito ir porque escuché buenas críticas de sus fotografías. 

-Sólo promete que vas a ir con cuidado.

-¡Claro madre! ¿Ya viste la hora? Demonios, es demasiado tarde, es tarde para la escuela.

Jamás había corrido tan rápido pero llegué justo cuando tocaron la campana de entrada a clases. Entré corriendo hasta el salón, me senté en el mismo lugar de siempre, justo a lado de la misma ventana sucia.

Las clases empezaron, llegó el maestro de historia, colocó su maletín sobre el escritorio y se puso a hablar durante 2 horas (las más largas de mi vida, por cierto). Me gustaba voltear a todos lados, lo cuál llamaba la atención de todos los maestros, así que mi día se convertía en un constante: "Alexander, ¿podrías repetir lo último que dije?" Pero como yo siempre escuchaba todo lo que decían sin necesitar mirarlos para comprender lo que explicaban, la mayoría de las veces respondía correctamente.

Roma: La leyenda dice que dos hermanos gemelos, Rómulo y Remo, hijos de (bla bla bla), siendo muy pequeños fueron dejados en una canasta flotando en el río Tiber para ser salvados de la ambición de su tío, que quería usurpar el trono. Una loba los vio, los salvó y ( bla bla bla). Luego fueron encontrados por una pareja de pastores. Ya adultos se vengaron de su tío y fundaron (bla bla bla). Pero la ambición de poder los separó y pelearon entre ellos. Venció Rómulo y se convirtió en el primer rey de Roma.  (realmente no estaba prestando atención).

Así transcurrió el día. Salía un maestro, entraba uno nuevo; así en un bucle infinito (o al menos hasta las 14:00). Me sentía encerrado en ese maldito salón, ni siquiera mi amiga Ventana podía ayudarme distraerme un poco, me estaba empezando a enojar pero justamente en ese momento el timbre de salida tocó. Salí corriendo de ahí directo hacia la exposición. Mientras más me iba acercando, me sentí tranquilo, relajado, la misma sensación que sentí cuando me puse el collar que me regaló mi madre que hoy llevaba puesto.

Al llegar al lugar, me registré en la entrada y dejé mi mochila en paquetería. Después, empecé con mi recorrido a paso muy lento para apreciar a gran detalle las obras de Doisneau.

-Primero la izquierda y vamos avanzando -me dije a mí mismo en voz alta.

La primera forogrfía me hizo dar una fuerte risa (ahogada, por cierto): era un niño colgado con pinzas de manera horizontal en una cuerda. Realmente era gracioso ver esa escena; continuando con mi recorrido, me encontré con una foto que me llamó bastante la atención. La miré desde lejos, se encontraba al otro lado de la sala. Pero mientras me iba acercando, la observé y me detuve de inmediato. La chica de la biblioteca otra vez, y, además, me estaba mirando.

-Ohhhh, rayos -dije en voz baja mientras que, al mismo tiempo, "la sensación" comenzaba a surgir de nuevo.

Por un instante creí que no era ella; pero esa coleta tan perfecta, esos jeans, la blusa color amarillo y el collar la delataban. Ella era realmente perfecta al ojo humano. No sabía qué hacer ¿Debería ir a hablarle? ¿Y si mejor me voy? 

En un abrir y cerrar de ojos yo estaba junto a la chica, frente a la fotografía. Ella dirigió su mirada a mi collar, depues la desvió, tomó su collar que era "igual" al mío para empezar a jugarlo con la cadena.

-Bonito collar -dije mientras matenía la mirada sobre ella.

Pude mirar cómo su rostro cambio de expresión, volteó a verme y se echó a correr. No entendí por qué lo hizo, tal vez le caía mal. Guardé mis manos en los bolsillos y di media vuelta para seguir mi recorrido.

Tras media hora de recorrido, salí de la exposición, afuera estaba nublado, parecía que iba a llover, así que me apresuré a llegar a casa.
Cuando entré a casa, lo primero que vi fue una nota de mi madre en el comedor: "Saldré con tu tía, la cena está sobre la mesa. M."

No tenía hambre, así que subí a mi cuarto a escuchar música y pensar en aquella chica.

-Estúpido romántico -dije a mí mismo entre dientes.

Cuarzo Gemelo. #CA2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora